El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha decidido no seguir adelante con el proyecto de convertir la antigua base militar en la cima de la sierra alicantina de Aitana en un centro de atención y protección internacional con 600 plazas para personas refugiadas.
Las ruinas de este cuartel pertenecen al municipio alicantino de Alcoleja y se encuentran unos kilómetros del radar que tiene el Ejército del Aire en la cumbre de esta montaña.
El proyecto fue presentado en agosto de 2023 por el que en aquel momento era ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ahora en el Ministerio de Transformación Digital, y ya en ese momento hubo contestación popular a la idea.
Ese mes, Escrivá visitó la antigua base, de 53.000 metros cuadrados en el punto de más altitud de la provincia de Alicante, y dijo que el proyecto crearía unos sesenta empleos directos y un centenar más en indirectos.
Incluso se constituyó una plataforma ‘Salvamos Aitana’ que han realizado varias actuaciones para evitar que estas instalaciones se utilizaran como centro de primera llegada de refugiados, al entender que ponía en riesgo la seguridad de la comarca, así como que las instalaciones y servicios de la zona tienen muchas carencias que se podrían agravar con la creación del centro.
La idea se fraguó a finales de mayo de 2023 y estaba todo el proceso en marcha, incluso elegida la empresa, pero la memoria justificativa aportada por el departamento responsable de este contrato ha aconsejado suspender las actuaciones.
La inversión prevista en inicio era de 25 millones aportados por el europeo Plano de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Este fondo prevé un apartado a "la necesidad de contar con los servicios y obras especificados en la misma para responder a la situación de fuerte presión migratoria y poder cumplir con las obligaciones actuales del Estado en materia de inmigración".
La Junta de Contratación del Ministerio ha justificado su decisión en el incremento de presupuesto necesario a causa de las lamentables condiciones de las construcciones, la imposibilidad de cumplir con los plazos para la puesta en marcha y la consecuente obligación de devolución de los fondos europeos con los cuales se había previsto pagar las obras, así como la protesta vecinal.
La previsión era que el centro acogiera hasta 600 personas llegadas por situaciones internacionales urgentes y también estaba previsto que hubiera un apartado para personas que necesitaron más tiempos de permanencia.
Fuentes del Ayuntamiento de Alcoleja han comunicado que el consistorio prepara ya la adecuación de una memoria que pueda servir para pedir al Ministerio de Transición Ecológica la cesión de las instalaciones con el objetivo de dar un uso medioambiental, una de las posibilidades que siempre han estado presentes.