Mario Ortolá y Carmen Robledillo en una imagen subido por el primero en redes sociales.

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Alicante

La defenestración de la cúpula provincial de Vox en Alicante aviva la incertidumbre en el PP

En Orihuela, Elche, Sant Vicent, Callosa de Segura o Xàbia los de Vox gobiernan con el PP y en ciudades como Alicante su voto es necesario.

26 septiembre, 2024 06:28
Alicante

El cese el pasado martes de la diputada autonómica Ana Vega como presidenta de Vox en la provincia de Alicante ha caído como un jarro de agua fría en las filas del partido de Abascal. Y su sustitución por un "paracaidista" llegado desde Navarra sin apenas conocimiento de la estructura y los líos internos de Vega (y su marido, el concejal de Alicante, Mario Ortolá) frente a sus críticos, no aclara la situación.

Gobiernos municipales como el de la ciudad de Alicante (donde su voto es necesario para aprobar cualquier medida frente a la izquierda), pero sobre todo allí donde gobiernan juntos PP y Vox como Orihuela, Sant Vicent, Elche, Callosa de Segura o Xàbia, no saben a qué atenerse con el nuevo dirigente.

El cese de la diputada como presidenta provincial se veía venir desde que en el último proceso interno ésta apostó por su valedor, Javier Ortega Smith, frente a Abascal. Incluso con llamadas de teléfono pidiendo apoyos concretos, según manifiestan fuentes del partido. Pero nadie lo daba por seguro.

El nuevo presidente provincial nombrado desde Madrid, Eduardo Gutiérrez de Cabiedes, procedente de Vox Navarra, es un auténtico desconocido para todos. Si bien es cierto que residió en Alicante en etapas recientes y que ha vuelto a la ciudad por motivos laborales, carece de un grupo en el que apoyarse.

Todas las miradas están puestas ahora en la líder de Vox de Elche, Aurora Rodil, y en el de Vox Orihuela, el general Manuel Mestre. Ambos, críticos con Vega y sus manejos del partido desde mucho tiempo. ¿Se podrán del lado del nuevo presidente o tratarán de hacer valer su territorio? Sea como fuere, desde Madrid en vez de designar a uno de los dos ha preferido ungir al navarro y ver qué pasa. 

En este sentido, Gutiérrez no está "contaminado" por un pasado político de acuerdos con el PP provincial o sus dirigentes locales. Y ni mucho menos necesita de la política o de un cargo para vivir porque al parecer tiene éxito en su parcela profesional como ingeniero. 

Y es que Abascal ha decidido primar la "lealtad" y el control sobre la estructura, a que el partido crezca en el territorio con lo que ya tiene. Más aún si se tiene en cuenta que ha roto el gobierno de Carlos Mazón en la Generalitat Valenciana provocando una crisis política que le puede costar a la Comunitat los Presupuestos de 2025.

Las cosas en Alicante no pintan bien para Vox. No en vano, en las últimas elecciones, las europeas, Vox perdió muchos de sus apoyos previos hasta quedarse en el 11,6% con la irrupción de Se Acabó La Fiesta, de Alvise Pérez.

Su candidatura sacó el 6,2% y se quedó como cuarta fuerza política en la provincia. Y también en la ciudad de Alicante, por encima de Sumar o Podemos, ambos con representación municipal en Compromís y EU.

La ciudad de Alicante

El propio sector de Vega y Ortolá reconocen que su apoyo a Ortega Smith le costó la cabeza de lista de Alicante en las municipales de 2023 al concejal alicantino, que fue sustituido por Carmen Robledillo. E incluso van más allá, afirmando que luego Ortolá concurrió a representar a Vox por la comarca de l'Alacantí en la Diputación pero desde Madrid se eligió a Gema Alemán (de Sant Joan).

Pero los problemas venían de antes. Ya en 2020 Vox se enfrentó a unas acusaciones de "pucherazo" por las actuaciones de la ejecutiva de Vega que obligaron a repetir el proceso de primarias del partido. Aunque en una segunda votación ésta consiguió la victoria frente al aspirante, Rafael Ramos.

La cuestión ahora es si Ortolá (y Robledillo, la portavoz, alineada con él) se muestra como un verso libre de Vox en el Ayuntamiento de Alicante o acata las órdenes de Madrid. Tanto si esas órdenes son pactar con el PP o ponerse enfrente.

Ya en ocasiones anteriores, como cuando Robledilo y Ortolá trataron de sacar adelante una moción para nombrar a la ciudad como "de predominio castellanohablante", tuvieron que dar marcha atrás porque intervino Abascal para que la retirasen. Pero, ¿habrá esa misma disciplina ahora que han sido laminados?

Por su parte, el alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), ni puede permitirse otro problema de imagen como el que le suscitó el apoyo de Nerea Belmonte (Podemos) hace dos legislaturas para sacar adelante la moción de censura contra el PSOE, ni las relaciones entre él y Ortolá son demasiado estrechas.