El colesterol ha pasado de considerarse un factor de riesgo para la salud cardiovascular a ser una de las causas directas de los accidentes cardiovasculares, principalmente de los infartos.
Así lo advierte la doctora Catheline Lauwers, jefa del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Valencia y Centro Médico Quirónsalud Mercado de Colón, quien explica que “esto es debido a que las placas de colesterol cuando este está alto pueden romperse y generar los coágulos responsables del bloqueo del flujo sanguíneo que va al corazón y al cerebro y dar lugar a los infartos de miocardio e ictus”.
Por el contrario, si bajamos el colesterol en nuestra sangre, este proceso se detiene, no se rompen las placas e incluso se hacen más pequeñas.
Por ello, declara la especialista, “en las últimas guías de cardiología españolas, europeas y americanas, el colesterol ya no es considerado un factor de riesgo, sino la causa directa de los infartos”.
Vigilar la lipoproteína (a)
La lipoproteína (a) es una forma hereditaria del colesterol LDL, también conocido como "colesterol malo", cuyos últimos estudios han destacado que su presencia aumenta considerablemente el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular.
“Este tipo de colesterol”, añade la doctora, “posee una característica muy negativa y es que no responde a la dieta, el ejercicio o los tratamientos habituales para su control”.
La lipoproteína (a) no se mide de forma rutinaria, pero es esencial hacerlo, ya que afecta a una de cada cinco personas y puede pasar desapercibida en un análisis estándar de colesterol.
“Las personas con niveles elevados de esta lipoproteína deben informar a sus familiares directos, ya que se trata de un factor de riesgo hereditario”, advierte la doctora Lauwers.
Hipertensión arterial, un enemigo del corazón que no da síntomas
La hipertensión, que afecta al 40% de la población adulta en España y hasta al 85% de los mayores de 65 años, no suele presentar síntomas evidentes, por lo que la doctora Lauwers recomienda revisar la presión arterial cada dos años a partir de los 35 años.
“A mayor presión arterial, mayor es la posibilidad de sufrir un infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, un ictus o enfermedad renal”, señala la especialista.
Además, la cardióloga advierte de que el envejecimiento de la población, la obesidad y el sedentarismo aumentarán la prevalencia de esta condición en los próximos años. Por ello, es crucial realizar controles periódicos para detectar y controlar la hipertensión.
Para la doctora es esencial recordar que la prevención está al alcance de todos.
"Solo debemos adoptar hábitos saludables, controlar factores de riesgo como la hipertensión y el colesterol y realizar chequeos periódicos. Estos cuidados pueden marcar una gran diferencia en la salud de nuestro corazón" concluye.