Alicante

El pasado lunes 30 de septiembre tuvo lugar en la Audiencia Provincial de Alicante el juicio a un químico de Alicante que creó anabolizantes ilegales en un laboratorio clandestino en su propia casa para distribuirlos entre deportistas, además de a otros siete colaboradores.

Los ocho involucrados están acusados de distribuir y vender sustancias farmacológicas falsas o sin cumplir los requisitos de seguridad en la conservación, a terceras personas, con la intención de que éstas aumentaran las capacidades físicas.

La acusación pública relata que los encausados formaban parte de un grupo de personas dedicadas a proporcionar estas sustancias en gimnasios, de hecho, dos de los sospechosos eran responsables de centros de entrenamiento.

Los hechos ocurrieron en el año 2015, cuando en los registros domiciliarios practicados en septiembre de 2015 en las viviendas de los procesados se localizaron "los medicamentos de ilícita procedencia e instrumentos destinados a su producción", señala la Audiencia Provincial en un comunicado.

Además, en la casa de dos de los encausados los agentes incautaron una escopeta para la que no tenían licencia. Por estos hechos, la Fiscalía solicita para cada uno de los encausados una pena de prisión de tres meses por un delito contra la salud pública para el que aprecia la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas.

Para dos de los procesados piden otros tres meses de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas, para el que aprecia la misma circunstancia atenuante.

Anabolizantes en gimnasios

Este pasado mayo agentes de la Policía Nacional detuvieron a los presuntos autores de un delito contra la salud pública en las localidades de Villena y Murcia. Se dedicaban del mismo modo a la venta de sustancias utilizadas para potenciar el rendimiento deportivo, usando para la captación de clientes un gimnasio de la localidad alicantina.

Los investigados también realizaban entregas directas en persona en otras localidades. Se intervinieron una gran cantidad de sustancias, dinero en metálico y un vehículo de alta gama.

El ilícito fue detectado por la Policía Nacional cuando una empresa con funciones de entrega de paquetería tuvo unos problemas con un cliente.  Al parecer, un varón se personó en la oficina y quiso recoger un paquete que no iba a su nombre.

Se vivieron momentos de tensión cuando el responsable del establecimiento se negó a entregar el paquete y le indicó que iba a ser devuelto a su origen por problemas en la recogida. Fue tal la desesperación del hombre que quería recoger el paquete que llegó a ofrecer 300 euros para que se lo diera, con la condición de no identificarse con su nombre real.