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La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) afirma que en 2024 se diagnosticarán 336.305 nuevos casos de cáncer de mama. Y en aras de su detección precoz, el grupo sanitario Ribera ha apostado fuertemente por la tecnología y la superespecialización de los profesionales de los hospitales que integran su Área de la Mama y que, hasta la fecha, han realizado 10.813 mamografías con contraste.

“La mamografía con contraste es una tecnología que consiste en inyectar contraste yodado a la paciente para poner en evidencia los tumores que en la mamografía normal, incluso en ocasiones en la 3D, pasarían desapercibidos”, explica la doctora Julia Camps, jefa corporativa del Área de la Mama del grupo Ribera.

En la actualidad, los hospitales universitarios de Torrejón (Madrid) y Vinalopó (Elche), así como el hospital Ribera Povisa (Vigo), son los que realizan mamografías con contraste en tres perfiles de mujeres concretos, además de los casos que los profesionales consideran necesario

Tales como: pacientes con antecedente personal de cáncer de mama; mujeres procedentes del cribado, con sospecha de cáncer de mama, a quienes la mamografía con contraste ha permitido reducir el tiempo de espera para el diagnóstico, e incluso se les ha realizado la biopsia el mismo día si se confirma el positivo; y también en mujeres con claustrofobia, marcapasos y otros condicionantes que no toleran la resonancia.

En el caso de mujeres con antecedente de cáncer de mama, gracias a un convenio con la Fundación Contigo, el Área de la Mama de Ribera ha realizado 3.800 estudios pertenecientes a 1.800 pacientes.

Aunque el de mama es el cáncer más frecuente en mujeres, “la supervivencia es superior al 85% gracias a las campañas de concienciación para las revisiones periódicas y cribados y a la superespecialización de los profesionales”, explica la doctora Julia Camps.

Es por eso que el grupo Ribera formalizó su Área de la Mama hace cuatro años como “un área de conocimiento trasversal en todos los hospitales del grupo, con el objetivo de integrar protocolos clínico-quirúrgicos y promover la colaboración cruzada de todos los profesionales adscritos a todas las unidades de mama, con presencia en los comités que analizan los casos.

Y también para estandarizar la práctica clínica e implantar nuevas técnicas clínicas y terapéuticas, compartiendo conocimiento y experiencia”, añade.

En la actualidad forman parte del Área de la Mama los hospitales de Torrejón, Vinalopó, Ribera Povisa y Ribera Polusa (Lugo), y próximamente se integrarán Ribera hospital de Molina, Ribera Virgen de la Caridad y Ribera Caravaca.

Proyecto europeo ODELIA

Entre las iniciativas más destacadas del Área de la Mama destaca su participación en el proyecto de investigación europeo ODELIA, dentro de la convocatoria de las becas Horizon, que es el principal programa de financiación de la UE para la investigación y la innovación.

“El proyecto ODELIA consiste en aplicar algoritmos de inteligencia artificial a imágenes de resonancia magnética con y sin cánceres de mama con el objetivo de ayudar en la detección automatizada de los tumores. Son los resultados de los algoritmos y no las imágenes o la información personal de las pacientes, los que se comparten permitiendo mejorar y entrenar la Inteligencia artificial”, tal y como explica la doctora Camps.

Tal y como se explica en las bases del proyecto en el que participan el Área de la Mama de Ribera, la Fundación Ribera Salud y la tecnológica del grupo, Futurs, los modelos de IA tienen un enorme potencial en la mejora de la toma de decisiones en la práctica clínica, sobre todo por lo que respecta al diagnóstico, pronóstico y tratamiento de enfermedades, incluido el cáncer de mama, con especial hincapié en una detección más temprana, mejor y más precisa.

Sin embargo, uno de los principales desafíos de estos modelos generados con IA es la falta de conjuntos de datos lo suficientemente grandes para entrenarse y ser cada vez mejores, respetando la información personal.

Y esta limitación se hace especialmente patente en el cáncer, donde la recopilación de información se enfrenta a obstáculos prácticos, éticos y legales. El proyecto ODELIA busca las fórmulas para superar estas barreras en beneficio de las pacientes europeas.