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"Crucé como cada mañana". Es con un tono de incomprensión y pena que Natalia explica a un periodista de À Punt lo que le ha pasado una mañana cualquiera en San Vicente del Raspeig.

Durante una mañana de octubre, como cada mañana, Natalia llevó a su hija a un colegio de San Vicente del Raspeig, donde reside.

Al dejar a su hija en la escuela, Natalia cruza un paso de peatón para seguir con su camino.

Pero lo que no se esperaba era que esta acción cotidiana le iba a suponer una multa de 225 euros.

Sanción de tráfico

Es habitual cruzarse con agentes de la Policía Local en los alrededores de los colegios para regular el tráfico en las horas de entrada.

Aquella mañana de octubre, tras haber cruzado el paso de peatón que se ubica enfrente del colegio de su hija, Natalia afirma haber sido interpelada por un policía que empezó a recriminarle de "no haber seguido sus instrucciones para cruzar".

"Me empezó a chillar", afirma Natalia ante las cámaras de À Punt. La vecina de San Vicente asegura "no haber hecho nada malo" y no entiende por qué días después recibió una carta de Suma en la que notifica que debe abonar la cantidad de 225 euros por una sanción de tráfico.

Según relata, fue una vez cruzado el paso de peatón cuando el policía le gritó "de malas maneras" que "qué hacía" y "por qué no había obedecido a sus indicaciones" y había "cruzado sin mirar".

Natalia asegura que el policía "no estaba regulando el tráfico en este momento" y que miró antes de cruzar.

Tras las interpelaciones del agente, éste le pidió el DNI. Documento que Natalia "no encontraba" al estar "muy nerviosa" por la "actitud agresiva del agente".

Ante la situación, Natalia afirma haber recibido la ayuda de otra madre que presenció la escena. "Me ayudó mucho y también considera que ha habido un abuso de poder por parte del policía", asegura.

Además, asegura que al tratar de hablar con el agente, este no la escuchaba y le gritaba "cállate y escucha", varias veces. Asimismo, Natalia asegura que el propio agente le amenazó con denunciarla a ella por "faltarle al respeto y a la autoridad".

Tras recibir la multa de 225 euros, se dirigió a la oficina de Servicio de Atención al Ciudadano de San Vicente del Raspeig para presentar una queja.