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86 años. Este tiempo es el que ha transcurrido desde el final de la Guerra civil española. Más de ocho décadas tras las cuáles muchas familias de combatientes siguen sin dar con los restos de sus antepasados fallecidos durante el conclifcto y en la posterior represión franquista.

Durante la Guerra Civil (1936-1939), la región de Valencia inicialmente permaneció al margen de los combates directos, y la vida cotidiana continuó con relativa normalidad en los primeros meses.

Sin embargo, con el tiempo, la zona sufrió bombardeos y acciones militares, y se desarrolló una represión en la retaguardia republicana.

Alicante fue la primera en sufrir ataques aéreos, seguida de ciudades como Villena y Valencia. A medida que avanzaba la guerra, Valencia y otras localidades enfrentaron constantes bombardeos, dejando miles de víctimas.

A partir de 1938, la ofensiva franquista alcanzó un punto crucial en el frente de Levante, especialmente tras la Batalla de Teruel y las ofensivas en Aragón y el Levante, que acercaron los combates a la provincia de Castellón.

Frente a estos avances, el gobierno republicano estableció la Línea XYZ, una fortificación defensiva entre Valencia y Castellón que detuvo temporalmente el avance franquista.

A pesar de esta línea, los franquistas rompieron las defensas republicanas en varios puntos, como Vistabella y Peña Juliana, lo que llevó a enfrentamientos prolongados y grandes bajas.

La resistencia republicana y las fortificaciones defensivas permitieron extender el conflicto en el Levante hasta finales de 1938, con batallas clave como la del Rincón de Arnau y Javalambre.

Sin embargo, en marzo de 1939, con la caída de la República, las defensas fueron abandonadas y los soldados republicanos, capturados y encarcelados en campos de concentración como Albatera.

Estos hechos han dejado numerosas fosas comunes y un legado de trauma colectivo no resuelto para los familiares de las víctimas.

Y es que, tras años de silencio reinando en los hogares, fruto del miedo a una dictadura vigente durante 40 años, cientos de familias sigues con la ardua y compleja tarea de búsqueda de sus antepasados.

De este miedo habla Feli Gonzalez, presidenta de la Asociación de Familiares de Víctimas del Frente de Levante. Corría el año 2019 cuando, tras años y años intentando buscar por sus propios medios a sus seres queridos desaparecidos, un grupo de familiares de combatientes del frente de Levante decidieron asociarse para aumentar las posibilidades de encontrar a sus antepasados y proporcionarles un entierro digno.

"Empezamos buscando a 30 personas desaparecidas, y a día de hoy buscamos a unos 119 combatientes desaparecidos, algunos en la provincia de Alicante", afirma Gonzalez. 

"Llevamos ya muchos años de democracia, pero la gente ha ido perdiendo el miedo a hablar muy poco a poco", asegura.

La asociación busca a familiares de desaparecidos en el frente de Levante, una unidad del Ejército Popular de la República que abarcaba a combatientes de toda la Comunitat Valencia y parte de Teruel y Cuenca.

Para realizar esta búsqueda, incitan a las familias de víctimas que contacten con ellos para proceder a hacer las pruebas de ADN y poder así empezar a buscar a los desaparecidos.

De estas muestras de ADN se encarga la asociación científica ArqueoAntro, quien también lleva a cabo las exhumaciones de las fosas comunes.

Unas exhumaciones que, por falta de financiación "autonómica y estatal", no se han podido llevar a cabo este último año.

A pesar de la desesperación de los familiares por la demora que están sufriendo todos los procesos relacionados con la memoria histórica, Feli Gonzalez insiste: "Somos los olvidados de los olvidados, pero no nos vamos a rendir, seguiremos hasta encontrar a nuestros seres queridos y les proporcionaremos un entierro digno".

"Se están muriendo los testimonios, los hijos se están muriendo sin haber podido enterrar dignamente a sus padres", lamenta finalmente la presidenta de la asociación.