Ayudando a superar la tragedia causada por la DANA en Valencia están las manos y la comida que sale de Alicante Gastronómica Solidaria. Más de 34.000 menús han salido para alimentar a víctimas y voluntarios desde el viernes y como recuerdan: "Esto no se acaba esta semana".
Gema Amor, presidenta de esta organización, no para. Y por eso celebra con orgullo que "vamos día a día superándonos y rompiendo todas las previsiones". El viernes 1 empezaron a poder ofrecer sus comidas a Valencia y querían llegar a las tres mil diarias. "El lunes eran diez mil y pico los que repartimos", celebra.
Frente a las malditas aguas llenas de barro que han asolado las decenas de municipios en la provincia de Valencia, Amor contrapone "esta marea de solidaridad que ha llegado hasta estas cocinas del corazón para dar lo mejor de nosotros mismos en todos los pueblos que requieren de esa asistencia alimentaria".
Y para hacerlo posible se necesitan manos, muchas. Entre ellas han estado este fin de semana las de Adelaida Valero, la directora de publicidad de EL ESPAÑOL de Alicante. Llamaron a Amor "y nos dijo, veníos para acá que necesitamos manos".
Así ha estado Valero con su pareja el fotógrafo Iván Villarejo colaborando en unos intensos días en los que "los testimonios de la gente que venía de Valencia eran horribles, horribles".
El trabajo sin parar en las instalaciones de Cámara Solidaria han conseguido que eso fuera un poco menos, aunque solo por ese momento de recuperar fuerzas. Además de "los damnificados, toda la gente que estaba trabajando allí tampoco podía comer, no podían cocinar", recuerda Valero sobre la necesidad de este apoyo.
Amor valora todo ese esfuerzo que gestiona desde Mutxamel por el que han pasado perfiles tan variados como se siguen necesitando. "Desde el primer segundo y sin apenas hacer ruido, cocineros de todas partes, de todos los lugares con Estrella Michelin, con Sol Repsol, de las barras más pequeñitas", apunta.
Y a estos profesionales con los que se relaciona al montar ferias como Alicante Gastronómica suma el "de todas aquellas personas que saben cocinar en su casa y que vienen aquí a aportar lo mejor de sí mismo" porque "cualquier oficio vale para hacer cualquier cosa, desde recepcionar la mercancía".
Valero así lo ha podido vivir: los cocineros preparando los menús, los que se encargan de envasarlos, tanto los fríos como los calientes, los que preparan los bocadillos, dulces y fruta hasta quienes los disponen para que los puedan recoger las furgonetas. Un trabajo al que añadir el imprescindible de fregar y limpiar.
"Esto no se acaba esta semana, desgraciadamente va para largo", recuerda Amor. Por eso pide "más manos y que lo podamos escalonar y que puedan seguir contribuyendo con su generosidad" del mismo modo que las "empresas se han volcado también a la hora de hacer donaciones".