Entre el mes de abril y mayo de 1938, Jesús Salvador Aracil Crespo fue reclutado a la fuerza, al igual que miles de personas, para defender el frente republicado en la batalla del Frente de Levante.
"En mi familia nunca se manifestó una clara tendencia política, simplemente éramos gente trabajadora, por lo que entendemos que fue reclutado a la fuerza", asegura Manuel Salvador Gilabert Aracil, nieto del combatiente republicano desaparecido.
Tras meses sin saber nada de su marido, la abuela de Manuel recibe finalmente una carta a mediados de octubre del año 1938 notificando el fallecimiento de su marido a fecha del 4 de agosto" a causa de las heridas de un bombardeo artillero".
"Mi madre nunca ha querido hablar demasiado de este tema", asegura Manuel Gilabert. Un silencio que atribuye al "miedo" que reinaba en los hogares de las víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista durante toda la dictadura. Así, tras fallecer su madre con 93 años, el nieto del combatiente republicano empezó a querer buscar a su abuelo para "encontrar respuestas" y ofrecerle un "entierro digno".
Ley de Memoria
Tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica en 2007 y su reciente sustituta, la Ley de Memoria Democrática en 2021, Manuel cuenta cómo empezó a tener esperanza al ver que las instituciones se "iban a movilizar al fin para encontrar a las víctimas desaparecidas".
Nada más lejos de la realidad. Tras años de investigación y búsqueda por su cuenta, el también secretario de la Asociación de Familiares de las Víctimas del Frente de Levante denuncia la "inacción" de las instituciones ante esta cuestión.
"Al igual que miles de familias, he tenido que hacer las búsquedas por mi cuenta, hasta finalmente averiguar que mi abuelo pertenecía a la 181 Brigada Mixta de Segunda Compañía de la 54 División, que era la zona de Levante", indica.
Una investigación personal durante la cual se ha topado, de nuevo, con el silencio. "En la actualidad, en alguna ocasión he ido yo a preguntar a los mayores que residen en la zona en la que combatió mi abuelo, pero no quieren hablar por miedo", asegura.
El problema de la inacción de las instituciones reside, según el nieto del combatiente, en que "no es solo cuestión de que los partidos de derecha y extrema derecha pongan trabas y no quieran actuar, sino que hasta a los gobiernos más progresistas les tiemblan el pulso a la hora de hacer de la memoria histórica una cuestión de Estado".
"Como nieto de un fallecido, puedo decir que, al fin y al cabo, lo que se están buscando son personas sin distinción de uniformes y poder proporcionarles un entierro digno para cerrar unas heridas que llevan demasiados años abiertas", añade.
Archivos
Ante la inacción y el "presupuesto 0" que han recibido las familias en el último año para facilitar los procesos de búsqueda, Manuel Gilabert denuncia que "no se está cumpliendo la ley".
"Dentro de la propia Ley de Memoria Democrática algunos artículos recogen el derecho a las familias de buscar a sus familiares y el derecho a recibir ayudas del Estado para facilitar este proceso de búsqueda". Sin embargo, "los familiares se están viendo obligados a convertirse en investigadores forzosos porque nadie les ayuda", lamenta.
A la hora de acudir a los archivos oficiales para obtener más respuestas acerca del paradero de sus familiares, también surge un problema.
"Existen kilómetros de cajas de archivo sin analizar y registrar, cajas en las cuales seguramente podría encontrar más información acerca de dónde cayó abatido con más exactitud mi abuelo y otras víctimas", asegura.
En la batalla del Frente de Levante, se calcularon unas 20.000 bajas por parte del bando sublevado y unas 5.000 del bando republicano, aunque estudios posteriores demostraron que esta última cifra sería en realidad mucho mayor.
A diferencia de las víctimas del bando sublevado, cuyos cuerpos eran entregados a sus familiares en la mayoría de los casos, además de ser oficialmente registrados, la gran mayoría de las víctimas republicanas fueron abandonadas en cunetas y fosas comunes en paraderos desconocidos.
Falta de colaboración
Por otro lado, también existe la negativa de la administración y de algunos propietarios de fincas en agilizar el proceso de búsqueda.
Así, el secretario de la asociación de familiares cuenta cómo, aún teniendo pruebas casi evidentes de que en determinado lugar podría encontrarse una fosa "muchos propietarios de dichos espacios se niegan a que se realice una exhumación".
La Batalla del Frente de Levante fue uno de los episodios más significativos de la guerra Civil Española (1936-1939), desarrollado principalmente entre abril y julio de 1938 en la región oriental del país, incluyendo la Comunidad Valenciana, la provincia de Teruel y áreas de Castellón.
Este enfrentamiento tuvo lugar en el contexto de la última gran ofensiva del bando sublevado en el este, cuyo objetivo principal era alcanzar el puerto de Valencia y así cortar uno de los últimos bastiones importantes del bando republicano.
La Batalla del Frente de Levante demostró la capacidad del Ejército Republicano para organizar una defensa efectiva en condiciones adversas y ralentizar el avance franquista, aunque no pudo revertir el curso general de la guerra. Además, evidenció la creciente superioridad material y logística del bando sublevado, que acabaría por inclinar la balanza del conflicto a su favor.
Este enfrentamiento subraya la importancia estratégica del Levante en la guerra Civil Española y constituye un ejemplo de cómo la geografía y la organización defensiva pudieron marcar la diferencia en una guerra marcada por profundas desigualdades entre los contendientes.
"Al fin y al cabo, tan solo pedimos tanto a las instituciones como a la gente de a pie, un poco de comprensión y de dignidad humana, pues tan solo queremos tener la oportunidad de encontrar a nuestros familiares y darles un entierro digno", sentencia Manuel Gilabert.