María Quintanilla, comerciante en el Mercado Central.

María Quintanilla, comerciante en el Mercado Central.

Alicante

María, quinta generación de mujeres en el Mercado Central de Alicante: "Mi bisabuela sobrevivió al bombardeo"

'Ultramarinos Loli' es uno de los puestos más antiguos del Mercado Central, ya que su tatarabuela lo inauguró en 1922.

Más informaciónLos Mercados de Alicante te ayudan a ahorrar para las compras: "La clave está en anticiparse"

Alicante
Publicada

El Mercado Central de Alicante es mucho más que un simple lugar de compraventa. Sus pasillos, sus puestos y su arquitectura guardan la historia de la ciudad, pero sobre todo, la de las familias que han trabajado allí durante generaciones.

Es el caso de María Quintanilla, quien desde principios de año ha tomado las riendas de 'Ultramarinos Loli', el puesto número 152, convirtiéndose en la quinta generación de su familia que lo gestiona. Lo más especial de esta historia es que, desde sus inicios, todas las responsables del negocio han sido mujeres.

"Yo soy la quinta generación", cuenta María con orgullo, consciente del peso de la tradición que lleva sobre los hombros. Su tatarabuela fue la primera en abrir el puesto cuando se inauguró el Mercado Central en noviembre de 1922.

Desde entonces, ha ido pasando de madre a hija, de generación en generación. Primero, lo heredó su bisabuela, después su abuela, más tarde una tía abuela, luego su madre y, ahora, ella.

Mantener un negocio familiar durante más de un siglo no es tarea fácil, pero María lo asume con ilusión. "Mucho trabajo, mucho esfuerzo, paciencia en las épocas malas y disfrutar en las mejores", resume.

El Mercado Central de Alicante está lleno de historias como la suya. Son muchos los puestos que han sobrevivido al paso del tiempo gracias al esfuerzo de generaciones de comerciantes que, con su trabajo diario, han convertido este espacio en un símbolo de la ciudad.

Maria Montserrat, bisabuela de María Quintanila

Maria Montserrat, bisabuela de María Quintanila Cedida

Aquí se han vivido épocas de bonanza, crisis económicas, cambios en la normativa y, por supuesto, momentos trágicos que han marcado la historia de Alicante.

Uno de esos episodios ocurrió el 25 de mayo de 1938, durante la Guerra Civil Española, cuando la aviación fascista italiana bombardeó el mercado. Aquel ataque dejó más de 300 víctimas mortales, muchas de ellas trabajadores, mujeres, niños y familias que ese día hacían la compra.

María recuerda cómo su bisabuela y su hermana estaban en el puesto cuando cayó la bomba. "Por suerte no les pasó nada, pero el mercado sufrió las consecuencias y fue un desastre", explica. La familia vivía cerca, así que vieron de primera mano la magnitud de la tragedia. Hoy, un monumento en la plaza 25 de Mayo recuerda a todas las víctimas de aquel día.

Patrocinio Pujante, abuela de María Quintanilla.

Patrocinio Pujante, abuela de María Quintanilla.

A pesar de todo, la vida en el mercado siguió adelante. Ultramarinos Loli ha mantenido su esencia a lo largo de los años, adaptándose a los cambios sin perder su identidad.

Antiguamente, además de productos de ultramarinos, vendían huevos, pero con el tiempo la normativa cambió y ahora se centran exclusivamente en la venta de conservas, embutidos, encurtidos y otros productos tradicionales. "Aquí la clave es aguantar, tener paciencia y seguir arrimando el hombro", afirma María.

Para ella, continuar con el negocio familiar es mucho más que una cuestión laboral. Es mantener vivo el legado de su familia, honrar la memoria de sus antepasados y formar parte de la historia del mercado.

Desde sus inicios han recibido algunos reconocimientos a su trayectoria. Su bisabuela, María Montserrat fue nombrada hace un par de años 'Mujer Emblemática de Alicante' por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Alicante. Además, el Consistorio les otorga el Premio Ciudad de Alicante a la Trayectoria Empresarial en el año 2023.

Loli Soler y María Quintanilla, madre e hija.

Loli Soler y María Quintanilla, madre e hija. Cedida

"Es bonito pensar que aquí, en este mismo puesto, trabajaron mi madre, mi abuela, mi bisabuela y mi tatarabuela. Y que ahora soy yo la que sigue adelante con todo esto", dice con emoción.

Mientras haya personas como María Quintanilla, el Mercado Central de Alicante seguirá siendo mucho más que un simple lugar de comercio. Será el corazón de la ciudad, un punto de encuentro donde se entrelazan tradición, historia y el esfuerzo de generaciones enteras que, cada día, abren sus puestos para que el mercado siga latiendo.