Alicante

Una ciudad más verde para refrescar el aumento de las temperaturas. Ese es uno de los propósitos del plan Foresta con el que se quiere transformar el paisaje de Alicante plantando cien mil árboles en cuatro años. Esa es también la teoría que Compromís presentará en el próximo pleno del Ayuntamiento después de dos meses trabajando con el equipo de Gobierno, la Generalitat y varias empresas.

Esta propuesta se integra dentro del marco más amplio de objetivos de la Agenda 2030 a la que se ha comprometido la ciudad. Así lo explica Rafa Mas, "gracias a Compromís, Alicante se incorporó al pacto de ciudades verdes europeas y se declaró en emergencia climática". A eso hay que añadir que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas demandan naturalizar y neutralizar las emisiones de CO2 en menos de una década.

En el texto que se presenta y que se ha estado viendo durante estos meses detallan las ventajas de contar con más arboles. Y es que, según sus datos, uno solo "absorbe hasta 150 kilos de CO2 al año", además, "actúan de sumideros y filtros de los contaminantes de la ciudad, como gases y pequeñas partículas en suspensión, regulando el flujo de agua y mejorando su calidad".

Uno de los puntos que destacan que se consigue con ellos tiene mucho que ver con el consumo de climatización en las casas. "Los árboles en torno a los edificios reducen las necesidades de aire acondicionado un 30 % y ahorran entre un 20 y un 50 % de calefacción", aseguran. Mas remarca que "la idea es enfriar la ciudad".

La triple R

Rafa Mas resume en una triple R este plan Foresta que se pretende aprobar y que se mantendría independientemente de los gobiernos municipales hasta 2030. Reforestar, renaturalizar y restaurar ambientalmente son los ejes con los que buscan cumplir esos compromisos que pide Naciones Unidas.

Estas, reconoce Mas, no serían las únicas necesarias para conseguir esos ambiciosos objetivos. "Calles verdes, pavimentado o aclimatar edificios son otras de las acciones, pero este plan se centra en los espacios verdes". Unos que, aparte del valor económico y ambiental, recuerdan que "mejoran el bienestar y salud".

Cómo empezar

El primer trámite que tiene que pasar el plan Foresta es el pleno municipal. Si se aprueba, como así se espera al haber sido ya negociado conjuntamente, el siguiente paso es ver dónde se puede empezar a plantar. Y para eso se abre una fase de análisis de espacios en los 201 kilómetros cuadrados que tiene el término de Alicante.

Rafa Mas avanza que ahí se trataría de revisar los planos cartográficos y analizar el suelo disponible y su propiedad. En los que sean de titularidad municipal o de la Generalitat será más fácil actuar inmediatamente como el monte Orgegia o la sierra del Porquet, en los de titularidad privada se propondrán las alternativas para su valoración, como convenios "para darle un aprovechamiento, como un huerto urbano".

"Hay terrenos que están dejados como puede ser Rabassa, que se puede renaturalizar, y otros se tienen que restaurar porque tienen una degradación muy importante, como puede ser el valle de Fontcalent", apunta. Además, están en conversaciones con empresas como Aguas de Alicante, Aludium, Adif, Avant o el Puerto, entre otras.

Duplicar la masa verde

Plantar esos cien mil árboles significa que en esta propuesta se marcan como objetivo a cumplir "duplicar la masa verde del municipio de Alicante para los próximos cuatro años". Este plan es muy ambicioso "y lo tiene que liderar el Ayuntamiento", remarca Mas. Lo que sí añade es que se cuenta con la predisposición de la Generalitat para trabajar sobre sus presupuestos además de los fondos europeos.

Las negociaciones entre las diferentes partes ha implicado la cesión de diferentes propuestas, reconoce Mas. "Hay que ir atajando", señala sobre la urgencia de ir aplicando estas soluciones. "Y la forma es naturalizando todo el entorno", señala.

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