Ayer, a las 14 horas en las que cerraba el registro municipal del Ayuntamiento de Alicante, el portavoz del grupo socialista en la ciudad, Francisco Sanguino -dramaturgo de profesión-, no había registrado su dimisión, prometida el pasado lunes al secretario general del PSPV-PSOE y presidente de la Generalitat, Ximo Puig.
Habían pasado cuatro días. Pero lo más grave es que su ausencia en la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento celebrada ayer por la mañana había dejado al principal partido de la oposición sin representación. El otro miembro, el secretario general del PSOE local, Miguel Millana, tampoco acudió. Ni se envió a ningún suplente.
El portavoz municipal del PSOE, que cobra 59.099 euros anuales en régimen de dedicación exclusiva, lleva tres años siendo invisible y ninguneado por su grupo político en el que sólo cuenta con el apoyo con una concejal de los 9 que consiguió en las elecciones de 2019.
No se le recuerda ninguna iniciativa de importancia para la ciudad más allá de oponerse a la aprobación de los presupuestos pese a que el PSPV pidió inicialmente que se favoreciese la "gobernabilidad" con el objetivo que el PP y Cs le apoyase a él en las Cortes Valencianas.
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Un hecho que se comprobó la semana pasada cuando tras una información de EL ESPAÑOL De Alicante, se reveló una disputa entre Sanguino y el partido local en la tramitación de la tasa turística en las Cortes Valencianas. Sanguino siguiendo los dictados de Puig apostó por tramitación mientras la portavoz del partido y portavoz adjunta en el grupo municipal, Trini Amorós, pidió su retirada.
Tras esta información Sanguino destituyó a tres asesores (algo que ya registró el martes) y trató de destituir a Amorós de la portavocía adjunta. Dos reuniones de Puig ese día en Valencia con el dramaturgo y con el verdadero líder local del partido pese a no tener cargo, Ángel Franco, y su peón Millana, terminaron con el anuncio de dimisón de Sanguino.
Pero esa decisión no se ha producido, como tampoco su presencia en los órganos municipales como la comisión de Hacienda de ayer. Ni la del secretario general local que le debía haber acompañado en la comisión.
Tal y como informó este diario, desde el partido aseguraron que la situación estaba "encauzada" y que tras la dimisión de Sanguino se revocarían todas sus decisiones, pero el dramaturgo sigue sin dimitir. Así que ahora el resto del grupo municipal ya está en disposición de cesarle.
El jueves, Puig aseguró en Valencia a preguntas de los periodistas que la mejor manera de avanzar cuando ocurre una situación de crisis es "dirimirla de una manera democrática". "Cualquier representante público debe tener sensatez y sentido de la responsabilidad pues representan la aspiración de muchos ciudadanos", concluyó.
O lo que es lo mismo, que el resto de miembros del grupo municipal están avalados por la ejecutiva autonómica del partido para destituirle como portavoz. Ahora sólo resta saber cuándo lo harán.