Una "situación catastrófica" que dejó varios barrios de la ciudad de Alicante inundados, con un muerto y millones de euros en daños materiales, tanto públicos como privados. Las intensas precipitaciones que se registraron en la Comunidad Valenciana entre el 19 y el 20 de octubre de 1982 han pasado a la historia como algunas de las más violentas que han azotado la costa mediterránea, con unas infraestructuras que aún no estaban preparadas para evacuar los más de 1.100 litros que se descargaron en apenas 24 horas.
La fecha se recuerda por la ruptura de la presa de Tous y la inundación de la ribera del Júcar, pero también por dejar imágenes inéditas en la ciudad de Alicante, donde cayeron entre 200 y 220 milímetros en pocas horas con una crecida histórica en la Rambla de las Ovejas. El centro de la ciudad y varios barrios, como San Gabriel, quedaron completamente inundados.
La situación fue de catastrófica. Se inundaron estaciones eléctricas y se fue la luz en media ciudad. Las estaciones de telefonía tampoco estaban operativas, y la mayoría de las carreteras eran impracticables. El entonces alcalde, José Luis Lassaleta, emitió un boletín municipal en el que reconocía que la ciudad había sufrido "la mayor tromba de agua que se recuerda, con graves daños personales y materiales".
El primer edil ensalzaba el trabajo de "las Fuerzas Armadas", que "prestaron en aquellos días un servicio que Alicante difícilmente olvidará". "Es de justicia reconocer que gracias a esta ayuda los ciudadanos hemos sufrido menos las consecuencias de las inundaciones", agregaba.
El día después
Reparar Alicante no fue sencillo. El Gobierno publicó en el Boletín Oficial del Estado de 23 de octubre un decreto de "medidas urgentes para reparar los daños causados por las recientes inundaciones ocurridas en las provincias de Valencia, Alicante, Murcia y Albacete", y declaraba "zona catastrófica el territorio de los municipios afectados".
En el caso de la provincia de Alicante, la declaración afectó a la capital, Agost, Aspe, Biar, Elche, Elda, Ibi, Jijona, Monforte del Cid, Novelda, Orihuela, Petrel, Santa Pola, San Vicente del Raspeig, Sax, Tibi y Villena.
Esta medida permitió autorizar a las cajas de ahorro de las provincias afectadas a "conceder créditos especiales a los damnificados por dichas inundaciones". "Igualmente les será de aplicación cualquier otra disposición que se dicte con la misma finalidad de contribuir a la reparación de los daños causados", explicaba.
Por desgracia, no fue la última vez que Alicante tuvo que soportar la tragedia de las inundaciones. 15 años después, el 30 de septiembre de 1997, la ciudad vivió el peor episodio de su historia con la caída de 270 milímetros de lluvias en 24 horas. Tres personas murieron, entre ellas, un niño y una madre que fueron engullidos por una alcantarilla. Estos dos episodios han sido los peores episodios de lluvias de la historia de la ciudad, y los expertos señalan que desde entonces nunca se ha vuelto a poner a prueba de una manera tan intensa los planes antirriadas.