Gritos, peleas, vidrios rotos, gente orinando y hasta practicando sexo sin ningún tipo de pudor en plena calle. Esta es la realidad que viven desde hace casi 40 años los vecinos del casco antiguo de la ciudad de Alicante, también conocido como el Barrio, a causa de la conducta incívica de los jóvenes que frecuentan la zona, y por la que muchas noches no pueden descansar.
"Hay gente que ha vendido su casa porque no puede vivir en ella", explica a EL ESPAÑOl de Alicante Joaquín Gangoso Ribes, presidente de la asociación de vecinos 'Laderas del Benacantil', que lleva años denunciando la situación al Ayuntamiento de Alicante, y del que según ellos, la única respuesta que han obtenido ha sido la "dejadez".
Hasta ahora, ya que el Consistorio de la ciudad ha dado luz verde a la nueva Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica y Vibraciones, cuya aprobación está prevista para el Pleno ordinario del próximo 30 de marzo, una fecha en la que los vecinos del Barrio tienen puestas todas sus esperanzas.
Joaquín Gangoso describe que él tiene un sentimiento "agridulce" con la noticia. Por una parte, está feliz porque espera que la nueva Ordenanza contra el Ruido finalmente se apruebe. Sin embargo, también le entristece que el Gobierno haya esperado cuatro años para hacer algo al respecto. Ya que, desde la asociación Laderas del Benacantil ya se llegó a un acuerdo en 2019 con un texto similar, que desconocen por qué "nunca se llegó a aprobar".
La asociación Laderas del Benacantil está compuesta por un total de 150 personas, entre ellas vecinos y empresarios de la zona, que tienen un objetivo en común, el de poder dormir cuando llega la noche. En el último año se han interpuesto más de 500 denuncias, la mayoría por el exceso de ruido, que puede alcanzar los 90 decibelios un día entre semana, según registran los sonómetros de la zona. "Es como tener el motor de un avión en la puerta de casa", explica Gangoso.
El presidente de la asociación quiere dejar claro que no están en contra de los pubs, "sino de los horarios". Ya que entre semana, hay varios bares abiertos hasta las cuatro de la mañana. Entre las propuestas de la asociación está la de limitar el horario de cierre hasta las 00:00 horas entre semana, así como también la obligatoriedad de la insonorización de los establecimientos. "El problema es que hace cuarenta años no era obligatorio insonorizar un pub, y por eso ahora tampoco lo están".
Años de insistencia dieron como resultado que en 2018, el casco antiguo de Alicante se declarase Zona de Protección Acústica Especial. Pero los vecinos del barrio siguen luchando para que el Ayuntamiento cambie la normativa, aprobada en 1991 porque el casco antiguo "ya no es el mismo".
A Joaquín Gangoso como a otros vecinos y turistas de Alicante les encanta la zona, pero necesitan que la situación cambie, y creen que un cambio de horarios en la zona de los pubs podría "mejorar la convivencia con los ciudadanos", porque como él mismo describe "el casco antiguo de Alicante es el cielo de día y el infierno de noche".
La nueva ordenanza
El pasado martes, la Junta de Gobierno dio luz verde a la Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica y Vibraciones, que está previsto que se apruebe en el Pleno ordinario del 30 de marzo. El nuevo texto contempla principalmente la reducción de horarios y un mayor aislamiento de los locales de ocio, con multas que van desde los 600 euros hasta los 300.000 euros.
El objetivo es adaptar "las normas estatales y autonómicas a las singularidades del municipio de Alicante y a su organización". El concejal de Urbanismo, Adrián Santos Pérez, destaca que las quejas vecinales "podrán hacer que se inicien expedientes sancionadores para los comportamientos regulados en el documento".
El edil continúa afirmando que "se trata, en definitiva, de conciliar adecuadamente el derecho a la libre actividad de esparcimiento con la necesaria protección vecinal frente al desarrollo normal de la actividad económica del sector del ocio". Lee aquí todas las medidas propuestas por el Ayuntamiento de Alicante en la nueva Ordenanza contra el Ruido.