La ciudad de Alicante, como el resto de grandes poblaciones del planeta, tendrá que enfrentarse a numerosos retos que podrían poner en jaque el correcto funcionamiento de la capital de la provincia en un futuro.
La sostenibilidad energética, el crecimiento de la población y del turismo, la protección del medioambiente, crear espacios verdes, culturales y de entretenimiento, infraestructuras resilientes y la conectividad digital son los principales desafíos a los que se enfrenta desde hoy y para las próximas décadas la ciudad.
La introducción y la utilización correcta de herramientas de inteligencia artificial para optimizar procesos y mejorar servicios es una tarea en la que ya se ha puesto en marcha el Ayuntamiento. La institución, "en base a su compromiso con la innovación, las nuevas tecnologías y el crecimiento exponencial de la ciudad, pretende implementar una estrategia para monitorizar, analizar e integrar la información clave de los sistemas vitales de la ciudad", según explica la estrategia del plan Smart City en el que se está trabajando.
[Estas son las peculiares expresiones de Alicante que solo entienden los alicantinos]
El pasado jueves 2 de noviembre Alicante fue galardonada durante la noche de las Telecomunicaciones Valencianas por su dedicación en la implantación de las nuevas tecnologías en la gestión municipal al servicio de los ciudadanos.
Con la ayuda de Midjourney, la inteligencia artificial más potente en generación de imagines a partir de texto, EL ESPAÑOL ha creado una representación ficticia de cómo podría ser la Alicante inteligente que se está construyendo dentro de 100 años.
El consistorio ha dado los primeros pasos para crear "una ciudad que de respuestas a diferentes necesidades que incluyen la vida diaria en los barrios, protección medioambiental, seguridad pública, servicios industriales, y actividades comerciales. Todo ello con "el ciudadano en el centro de la toma de decisiones", aseguran.
El proyecto global busca la construcción de un marco de trabajo inteligente y digital para los servicios públicos, basado en un modelo de información urbana. Para ello, la actuación municipal apostará por "la construcción de infraestructuras, complementada con la ejecución e integración de todo tipo de información geográfica, que permita el desarrollo de la economía urbana, políticas sociales, la ecología y otros aspectos relacionados con la movilidad y la sostenibilidad".
Romper la brecha digital es también algo fundamental para que los alicantinos avancen al mismo ritmo hacia una nueva sociedad. El Ayuntamiento ha incorporado un sistema pionero para la gestión de trámites municipales con la instalación de ciberkioskos en distinas localizaciones.
Internet es una herramienta básica en la actualidad, pero Alicante tiene claro que se convertirá en "un elemento indispensable que se integrará en el concepto de ciudad inteligente y digital" que se quiere construir.
Además del avance tecnológico, la responsabilidad del cuidado del medioambiente se ha convertido en una obligación y en los años venideros será el eje en torno al que se tomarán las decisiones urbanísticas.
Ante la creciente necesidad de una gestión urbana eficiente para tratar de mitigar el cambio climático, Alicante se ha comprometido a respetar y a adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Por último, pensando en un futuro a largo plazo, Alicante tendrá que realizar grandes inversiones para la construcción de estructuras resistentes que la protegan de la subida del nivel del mar.
Este futurible ha acortado sus plazos por el cambio climático y será un grave problema para las urbes costeras, ya que para el año 2100 el nivel del mar aumentará entre 30 y 122 centímetros a nivel global, según la NASA.
La construcción de defensas costeras y la implementación de estrategias de gestión del agua pasarán a formar parte entonces de las amenazas a las que tendrán que enfrentarse los alicantinos del futuro.