Isla de Tabarca, en la ciudad de Alicante.

Isla de Tabarca, en la ciudad de Alicante.

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El Ayuntamiento de Alicante y los vecinos de Tabarca niegan "saturación" que denuncia Sumar en la isla

El diputado Txema Guijarro ha instado al Gobierno de Sánchez a limitar el acceso turístico a la isla alicantina y cifra los viajeros en 230.000 al año.

4 agosto, 2024 06:20
Alicante

El diputado de Sumar por Alicante, Txema Guijarro, ha presentado al Gobierno (del cual es socio) varias preguntas "relativas a la protección de la reserva marina de la isla de Tabarca en Alicante". En ellas habla de "saturación turística" con más de "200.000 turistas al año" e insta a limitar el acceso a la isla. Tanto el Ayuntamiento de Alicante como los vecinos niegan estas afirmaciones y aseguran que no hay quejas o denuncias sobre esa supuesta "saturación turística".

Las preguntas de Guijarro sobre Tabarca no solo son una novedad, ya que al diputado cunero no se le conocen iniciativas sobre la provincia por la que fue elegido desde hace años. También, constituye un nuevo ejemplo de "turismofobia" en las filas de la izquierda alicantina, tanto autonómica con la tasa turística que impuso Ximo Puig y que ha derogado Carlos Mazón, como con las iniciativas locales de Compromís y EU contra los apartamentos turísticos o la segunda pista para el aeropuerto de Alicante.

Así, Guijarro habla en su iniciativa de "la fuerte presión turística que está sufriendo la isla puede estar generando ya un impacto negativo en su ecosistema marino, especialmente en la pradera de posidonia. Y es que según un informe del Instituto de Ecología Litoral, Tabarca recibió en 2023 aproximadamente 230.000 visitantes, con días durante los meses del pasado verano en los que superaron las 10.000 personas en un espacio de apenas 0,3 kilómetros cuadrados y por tanto con un importante tráfico marítimo para dar cobertura y traslado al turismo".

Para añadir, "son muchas las voces que empiezan a hablar de la necesidad de limitar el acceso para garantizar la sostenibilidad ecológica de los valores ambientales que desde las administraciones públicas están obligadas a proteger".

Desde el equipo de Gobierno municipal que encabeza el popular Luis Barcala, explican a este diario que aunque Tabarca es un barrio de Alicante, las competencias para su protección son del Estado en lo que se refiere a la reserva marina y de la Generalitat Valenciana en el acceso a a través de través público, ya que el privado en barcos está regulado por leyes nacionales.

"No tenemos ninguna queja vecinal ni del sector empresarial y turístico de la isla sobre esa supuesta saturación. Si se nos convoca por parte del Gobierno estamos dispuestos a reunirnos y estudiar cualquier medida de protección, pero desde el Ayuntamiento no tenemos constancia de ninguna iniciativa al respecto. Tabarca y sus problemáticas como isla forman parte también de la Cátedra de Turismo Alicante con la mediante la cual queremos mejorar nuestro turismo y formará parte de la radiografía que conoceremos en breve", explicaron desde el Ayuntamiento.

Por su parte, Carmen Martí, presidenta de la Asociación de Vecinos de Tabarca, explicó a EL ESPAÑOL De Alicante que "todos los años vienen con la misma cantinela pero a la asociación no ha llegado ninguna queja a este respecto y por tanto no hemos trasladado ninguna al Ayuntamiento". La asociación prepara la Comisión Municipal que celebrará el próximo 9 de septiembre con otros asuntos en el orden del día.

"Como en cualquier lugar de playa durante los meses de julio y agosto el turismo se concentra en unas horas concretas, desde que llega la primera tabarquina a las 10h hasta las 20h en que se va última. Pero cuando se va todo el mundo el pueblo se queda tranquilo, podemos salir a la fresca o acudir al cine de barrio, como en cualquier otro pueblo, con las casas ocupadas pero sin saturación", aseguró Martí.

Además, quiso dejar claro que "Tabarca no es una reserva, un pueblo amurallado en un recinto en una isla, el único de España, y como tal queremos que se nos trate. Otra cosa es la reserva marina pero solo hay que escuchar a los pescadores o hacer esnórquel para ver como la reserva marina goza de gran vida. Aun seguimos a la espera del proyecto de las boyas ecológicas, y no se ha hecho nada".

Y para concluir, Martí afirmó que se mantienen al margen de las polémicas políticas que pueda generar la reserva marina "hasta que afecte a nuestros derechos, porque aquí hay mucha gente que se ha reinventado dejando la pesca para vivir del turismo".