La recogida de la basura crea una agria polémica en El Campello. En esta localidad de la costa de Alicante el Ayuntamiento critica el comportamiento de algunos vecinos que se ha extendido de tal forma que han tenido que crear la figura de los bolseros, empleados que recogen las bolsas para depositarlas en los contenedores.
"No podemos tener un policía en cada contenedor", afirma el concejal de Medio Ambiente Marcos Martínez. La situación se está volviendo crítica porque, como denuncia uno de los inspectores del servicio de limpieza municipal, "te encuentras con situaciones absolutamente recriminables".
Entre ellas, como lamenta el inspector, están los casos de quien "ni siquiera baja del vehículo para desprenderse de sus desechos: simplemente bajan la ventanilla de sus vehículos y los lanzan con fuerza, caigan donde caigan, para continuar su marcha sin más".
La falta de civismo que señala el comunicado municipal llega hasta el punto de que "los hay incluso que parecen esperar a que los camiones realicen su trabajo para bajar a la calle y dejar sus bolsas fuera de los horarios establecidos". E insisten en que "por increíble que parezca, se depositan basuras a cualquier hora del día".
Para combatir ese problema, cobra más fuerza la amenaza de la multa, aunque en estos ocho meses del año solo han impuesto 30. La más barata ha sido de 100 euros, y las más caras, aplicando el reglamento, de 300,51, para quienes han reincidido. ¿Y qué se pena? Abandono de basuras en solares y entornos naturales, depositar bolsas, enseres y escombros en plena vía pública o a los pies de contenedores que disponen de espacio y uso inadecuado de puntos verdes por parte de empresas de jardinería.
"A nadie la gusta multar, pero parece que cuando te toca el bolsillo es más afectivo, y al menos esa gente se lo piensa dos veces antes de hacerlo de nuevo", razona Martínez. Una medida "muy difícil" de aplicar porque hay que "pillarlos" en el momento justo en que incumplen las mínimas normas de urbanidad.
¿Cámaras en los contenedores?
Entre las soluciones que se han propuesto al problema, estaba el uso de la videovigilancia. Una opción que rechaza el concejal. "La solución que algunos apuntan de instalar cámaras en cada nido de depósitos de residuos requeriría un esfuerzo inversor elevadísimo, porque tenemos un término de 23 kilómetros de largo y más de 55 kilómetros cuadrados de extensión global, en el que residen 30.600 habitantes empadronados, y hasta tres veces más de población en determinadas épocas del año".
El panorama que describe el propio Ayuntamiento es desalentador en plena temporada veraniega. Desde papeleras utilizadas como contenedores a un paseo marítimo a los complementos tirados. Como indican las fuentes municipales, "estas áreas se limpian varias veces al día, pero cuando los operarios terminan el recorrido y echan la vista atrás, observan que su trabajo apenas se nota, y esos espacios se llenan una y otra vez de hamacas rotas, sillas de playa, flotadores pinchados, juguetes de playa infantiles, chanclas y todo tipo de enseres".
Martínez concluye recordando que "seguiremos multando, claro, pero no es lo deseable". Por eso insistirán "hasta la saciedad en campañas de información y concienciación" y piden la colaboración ciudadana "para que los vecinos y vecinas que cumplen, que son la inmensa mayoría, recriminen la actitud de los infractores y les afeen esas conductas incívicas. El Campello no se merece eso".