Alicante

El Ayuntamiento de Alicante y el CEIP Voramar entierran el hacha de guerra después del cruce de acusaciones por la avería del ascensor del centro. El consistorio y el colegio se han reunido con el objetivo "de aunar esfuerzos y encontrar una solución inmediata".

Así se ha concretado tras el encuentro mantenido ayer entre la concejala de Educación, Mari Carmen de España, la de Infraestructuras, Cristina García, y la directora del centro, Ana Fernández. "Nos hemos disculpado por los posibles fallos en la comunicación y hemos aunado esfuerzos para solucionar el problema lo antes posible, que es nuestro objetivo común", ha señalado De España.

Por su parte, desde la dirección del centro han trasladado al Ayuntamiento que ya se han realizado los ajustes necesarios para trasladar temporalmente el aula del alumno con movilidad reducida a la planta baja para que no tenga que salvar el tramo de escaleras mientras se repara el ascensor, como se vio en el caso de Arturo, un niño de 11 años que tiene que ser subido a cuestas por su madre.

"Para el Ayuntamiento de Alicante lo más importante es garantizar que todos los alicantinos reciben una educación de calidad", ha explicado la concejala de Educación. Y ha resaltado "la buena disposición y la voluntad de máxima colaboración de la dirección del centro".

La concejala ha anunciado que "los técnicos han detectado cuál es el problema y trabajan con celeridad para solventarlo con la mayor brevedad posible, al tiempo que el centro ha tomado medidas que eviten que la situación afecte a ningún alumno".

De España ha aclarado que la reparación de "la avería actual del ascensor se completará en los próximos días y que más adelante se sustituirá la placa eléctrica que ha causado problemas en otras ocasiones".

El conflicto

Con estas declaraciones ambas partes han querido rebajar la tensión, que comenzó debido a un vídeo viral en el que se veía como Arturo, con movilidad reducida, era subido a cuestas por su madre María Jesús por las escaleras a las 9 h para entrar a clase, situación que también se repite a las 11 h para el recreo, y a las 13 h para abandonar el centro.

Ante la demanda de una solución por parte del centro, del AMPA y de numerosos colectivos que denunciaron la situación de Arturo y otros niños con problemas de movilidad, desde el Ayuntamiento se avivó el conflicto insinuando que el fallo podría haber sido probocado, "porque no todo el mundo quería un buen inicio de las clases en la ciudad de Alicante".