En una legislatura con cómoda mayoría para el Partido Popular en la ciudad de Alicante, los pactos con Compromís y Vox tienen una víctima, el PSOE. El mandato más abierto en años al negociar se refleja en las diferentes ordenanzas aprobadas en los últimos dos meses con la oposición: "El interés general por delante de cualquier otro interés".
La sorpresa arrancó a mitad de julio con el anuncio del pacto entre PP y Compromís para aprobar la ordenanza de la vía pública que se había quedado estancada con Vox durante dos años. La formación que lidera la abogada Carmen Robledillo había sido apoyo habitual hasta entonces.
Con la salida del Gobierno de la Generalitat de la formación que preside Santiago Abascal se abrió la duda de qué pasaría con los pactos municipales. Aunque Elche es el más importante en la provincia, en Alicante no lo había. Y a pesar de la tensión de la salida, los acuerdos han seguido.
Esta semana, en el debate de Política General celebrado en las Cortes Valencianas, Vox volvía a azuzar las diferencias contra el Consell en minoría. El secretario general de la formación, Ignacio Garriga, amenazó a Carlos Mazón diciendo que "no va por buen camino" y el síndico José María Llanos criticaba "la pinza" contra ellos de PP y Compromís.
En el plano local, Rafa Mas, responde a estas declaraciones en EL ESPAÑOL celebrando que "si nuestros votos servían para parar las políticas reaccionarias de la ultraderecha, ahí estaríamos nosotros".
Robledillo considera que con eso "el Partido Popular se ha lanzado a los brazos de Compromís". En el equipo de Gobierno municipal del PP tienen claro que "esto es un pacto de interés mutuo para Compromís y para el Partido Popular". De forma que "connivencia ideológica de cualquier otro tipo está absolutamente descartada".
Mas rechaza el concepto de la pinza porque "nosotros no hacemos acuerdos con el Partido Popular. Hacemos acuerdos con la gente". Y así puntualiza que "nosotros pactamos cosas que son buenas para la gente. Si el Partido Popular las acepta, las aceptaremos, claro".
De hecho, en julio, el Gobierno Municipal definía al grupo municipal socialista liderado por Ana Barceló como el "permanentemente no a todo". Y le echaban en cara la falta de voluntad para participar de la gobernanza y de la solución de asuntos que interesan a todos.
Mas se suma a esas palabras: "Porque, al final, lo fácil es decir a todo que no. Pero lo difícil es arremangarse y ponerse a negociar para priorizar sobre todo la ciudadanía y sus problemas".
Los giros
Desde el PP señalan que Vox "ha pasado de tener un papel de máxima influencia a irrelevancia". Una afirmación que basan en las oportunidades para "sacar muchos asuntos que de forma consensuada se podrían haber aprobado". Por eso lamentan su actitud y la tildan de "un error garrafal".
Así las cosas, Mas avanza que "vamos a tumbar la ordenanza de la zona de bajas emisiones", aprobada esta semana con la vuelta del pacto PP y Vox, y que "vamos a tumbar también la tasa de basuras".
El mantenimiento de pactos con formaciones tan contrapuestas remarca para el PP que están abiertos a pactar con todos. "No vamos a escatimar la posibilidad de cerrar un acuerdo con el que esté dispuesto a utilizar el sentido común y el interés general", remarcan.
Los números
En la actual corporación municipal, el PP cuenta con 14 concejales sobre los 29 que se eligen y Compromís con 2, frente a los 4 de Vox, los 8 del PSPV y 1 de Unides Podem.
En la formación de Mas concluyen que "vamos a crear una propuesta política que interpele a todo el mundo". Una línea que creen que les beneficia porque "cada vez la gente acude más a Compromís y cada vez la gente nos ve como la oposición más útil".
Robledillo, en cambio, razona sobre los pactos reafirmando distancias. "La izquierda es un peligro para los alicantinos y el PP que le sirve de trampolín para las políticas de extrema izquierda de reparto de miseria, lo es aún más".