Alicante

Benidorm se convierte en los meses de verano en el paraíso para los turistas extranjeros, teniendo la fama de ser la ciudad de los excesos y del "todo es posible". Sus grandes playas y sus cientos de restaurantes en medio de decenas de rascacielos convierten a la ciudad en la Manhattan de Alicante.

Sin embrago, la ciudad de Benidorm es mucho más que esta imagen popular turística. La localidad alberga un importante patrimonio histórico, además de sus entornos naturales el Parc Natural de la Serra Gelada, en el que poder contemplar las mejores vistas a la ciudad desde la famosa Cruz de Benidorm.

En Benidorm existe uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia y que no suele ser muy conocido por las personas que visitan la ciudad.

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El Tossal de la Cala es un cerro costero situado entre la playa de Poniente en Benidorm y la Cala de Finestrat. Se trata de un lugar en el cual muchas viviendas y edificios se han construido alrededor. Sin embargo, en lo más alto de la cala se encuentra escondido un yacimiento arqueológico romano, junto a la Ermita de la Mare de Déu del Mar.

Desde su descubrimiento en 1935 por el padre Belda, las investigaciones fruto de las excavaciones arqueológicas realizadas hasta la actualidad han podido confirmar la identidad del yacimiento como un antiguo fortín romano datado entre los siglos II y I a.C.

Gracias a investigaciones de la Universidad de Alicante, institución que se encuentra trabajando en el yacimiento y realiza excavaciones regularmente, se ha podido confirmar que el asentamiento de carácter militar fue mandado a construir por el general Sertorio hacia el año 77 a.C., junto a otros asentamientos construidos a lo largo de las costas de la provincia de Alicante, con el fin de fortificar la zona.

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Concretamente, esta cadena de fortificaciones militares situados a lo largo de la costa por la Marina Alta y Marina Baixa como Altea, Calpe, Denia o Moraira e incluso sobre la sierra del Montgó, sirvió para dar cobijo a los ejércitos de Quinto Sertorio durante las Guerras Sertorianas.

El Tossal de la Cala de Benidorm formaba parte esta cadena romana de enclaves militares costeros ubicados en las dos comarcas de la Marina, todos situados sobre acantilados y calas de difícil acceso, con el fin de controlar el trasiego de navíos amigos o enemigos en las hostilidades navales de la guerra.

El papel de los sacerdote en la preservación del yacimiento

En el siglo XX, los sacerdotes cumplían un papel fundamental en la sociedad, siendo las personas más cultas y con más conocimiento en su poder debido a su gran pasión por la literatura y la cultura.

Una de las figuras claves para la investigación y la preservación de Tossal de la Cala fue el padre Lluís Duart i Alabarta.

Originario de Almusafes, el religioso fue destinado a Benidorm como cura párroco de la parroquia de San Jaime y Santa Ana el 14 de octubre de 1950, donde residió hasta su fallecimiento el 3 de enero de 1983.

Además de su actividad religiosa, el párroco demostró un gran interés por la historia y empezó a realizar investigaciones sobre el Tossal de la Cala. Gracias a sus trabajos, podemos conocer algunos objetos encontrados en el yacimiento. Además, el cura luchó para que el yacimiento fuese protegido, una labor que permite la visita del yacimiento en la actualidad.

Exposición permanente en el Museu Boca del Calvari 

Desde el conocimiento de las hazañas de Don Luis Duart i Albarta, quien fue párroco de la ciudad durante más de 30 años, los arqueólogos e historiadores locales luchan para obtener un espacio en el que exponer la historia de este yacimiento y dar a conocer el pasado romano de Benidorm.

Imagen de la exposición permanente.

Es el caso del historiador y arqueólogo Miguel Botella, quien realiza visitas guiadas por el yacimiento y conoce de primera mano todas sus particularidades y la importancia de este para entender la historia de la ciudad. Después de años luchando por obtener un espacio, este 28 de julio el Ayuntamiento de Benidorm ha inaugurado la sala a nombre del párroco que albergará de forma permanente una exposición en la que se expondrán piezas de la colección museográfica del Consistorio benidormense, que abarcan desde el Neolítico hasta el siglo XX, muchas de las cuales nunca antes habían sido expuestas.

Una exposición que el historiador y arqueólogo Miguel Botella califica de "necesaria". "Se trata de una reivindicación que los historiadores llevamos haciendo desde hace muchos años", confiesa. "Es una colección viva y fundamental para entender la historia de Benidorm", añade, haciendo referencia a la exposición permanente.