Alicante

Con Amigo, pasaron de que se les comparara con "Intocable pero con hijos de puta" a ser una la película de terror española revelación de la temporada. Tras estrenarse en Filmin con éxito como la película de terror más vista de este año, aguardan las noticias para su próximo estreno en el mercado estadounidense.

"Ha sido un trayecto que no podíamos prever", confiesa su director Óscar Martín. "Es una película totalmente independiente y ver cómo ha encajado en los festivales con la crítica, los medios y el público ha sido una cosa loca". De hecho, en el de Alicante arrasó con cuatro galardones que incluían también a sus interpretes Javier Botet y David Pareja.

En los otros festivales, efectivamente, siguieron recibiendo elogios. "Era maravilloso", recuerda Elena Muñoz sobre su paso por Sitges o el Fantastic Fest de Austin, "con lo que teníamos previsto estrenar en primavera de 2020. Y se fue todo al garete". De ahí que reconozca que haya "sido muy duro" pero también añade que "es un ave fénix que resurgió en más festivales y ahora en Filmin".

Y siguió moviéndose. Tras un breve paso por las salas, Amigo llegó a un acuerdo con HBO para que la incluyera en su catálogo de Europa central y del Este. "Es complicado", señala Muñoz sobre estas negociaciones, "porque son pocas personas las que toman decisiones sobre si gusta tu película o no".

Todo ese trabajo funcionó y el pasado marzo consiguieron ser la película más vista en su semana de debut en la plataforma española. "La peli es un poco inmortal, cuando está a punto de caer en el olvido resurge", apunta Martín. "Nos da pena no haber tenido una distribución más normal pero la peli no es normal", comenta risueño.

El nuevo terror español

Enmarcada en el género del terror, el humor negro atraviesa esta historia de un amigo que se hace responsable de otro tras sufrir un accidente. Con ella se encuadran en la tradición española de un género apreciada entre los especialistas del mundo. "Imagínate en Rumanía que ponían en 'el nuevo terror español' a 30 monedas de Álex de la Iglesia y a mí", cuenta Óscar Martín.

Ese tipo de calificativos son un "orgullo tremendo" para Muñoz. Ese recorrido internacional, por el que han pasado por encuentros como el Dracula Film Festival de Transilvania o el de Grossmann en Eslovenia, les ha permitido descubrir ese aprecio por el género. "Nos han acogido con mucho cariño y ganas. En Eslovenia ese cine les encanta. Y nos daban la enhorabuena por la producción en España. Cosa que aquí no nos alaban tanto. Hay que salir fuera".

Óscar Martín durante el rodaje de 'Amigo', con Javier Botet.

Conseguir ese efecto con Amigo es cuestión de mucho trabajo. "Es como una cebolla, tiene muchas capas", argumenta el director. "En el superficial está el thriller más clásico, que es el germen que tenía Javier Botet en la cabeza con el minusválido y el hombre que le cuida".

De ahí se pasa al dramón que considera la mejor manera de entrar en el terror. "Todos los que lo hemos podido vivir con alguien ves lo complicado que es y cómo te posiciona en una tesitura horrible para conocerte a ti mismo y decir qué persona más malvada soy", indica Martín. Es, como insiste Muñoz, "el terror de lo cotidiano que cuando te reconoces en esa situación te llega más directamente".

El humor enfermo

Javier Botet y David Pareja se encargan de interpretar a estos amigos atrapados en una espiral. "Son unos maestros del posthumor porque tienen un humor muy enfermo", describe Martín. Se refiere con ello a los muchos cortometrajes que han escrito y protagonizado juntos y que les han servido de base para construir estos personajes.

Eso tuvo un impacto claro al llevarlo a Amigo. "Muchas escenas son de thriller clásico pero están llevadas al absurdo y que hacen que algunas personas tengan un ataque de ansiedad mientras el de al lado se está descojonando", explica Óscar Martín. De ahí que recuerde que es una interpretación que dependerá del espectador "porque tiene que poner mucho de su parte para verla de una manera u otra".

Ese era un objetivo que también se marcaba al plantear este debut en la dirección de largometrajes. "Me gustan las películas que como espectador las puedo llevar a mi terreno. No me gusta cuando me sobreexplican las cosas", sostiene. Y eso hizo que al trasladar el guion escrito entre los tres acabaran suprimiendo partes "porque con el silencio dejábamos que el espectador lo decodificara". Sacrificios hechos pensando en "que puede ser un engendro, como decía Botet, pero es nuestro hijo", concluyen risueños.