"Es una forma de revisar la alcoyanía de Camilo Sesto", cuenta Raül Llopis sobre el museo que se dedicará al cantante. En él se podrán ver fotografías como la que ilustra el artículo, en la que aparece de adolescente con su padre posando frente a la casa que será su museo en Alcoy.
El proyecto echa a andar con esta semana con la adjudicación de la redacción del proyecto de obra y del museístico. La arquitecta Dolores Moltó preparará el primero, mientras que Matra Museografía trabajará para plantear cómo se presentarán los contenidos.
El concejal de cultura refleja la satisfacción de ver cómo progresa la idea del centro que recordará "al artista más grande nacido en Alcoy y que es más conocido a nivel mundial". Y con ello, romper de una vez la idea de que Camilo Sesto había perdido apego por su ciudad natal. "Alcoy siempre lo ha llevado por bandera", explica Llopis.
En esa conclusión se reafirma después de revisar la documentación recibida y con la que se ha preparado la llegada de este material. "En las revistas y demás prensa de la época", cuenta, "siempre, siempre, le entrecomillaban cada vez que le preguntaban si era alicantino y él decía: 'No. Yo soy de Alcoy'".
Futuro pasado
Esa conexión es la que se destaca al repasar los detalles del futuro centro que se situará en el Camí 44. Los cuatrocientos metros cuadrados diáfanos de la Casa del Capellán son el espacio que han escogido desde el Ayuntamiento para repasar la trayectoria del artista a lo largo de sus dos plantas.
Ese es el edificio que aparece de fondo cuando posaron ante el fotógrafo vestidos con los trajes de Moros y Cristianos. La imagen, como explica Llopis, recogería el momento en que padre e hijo, que pertenecían a la filà Judíos, estaban en uno de los actos solidarios que suelen organizarse durante las fiestas locales.
La Capilla del Antiguo Asilo, a la que pertenece el futuro museo, está junto a dos espacios claves en la juventud del cantante. El primero es el colegio Salesiano San Vicente Ferrer y el segundo, La Glorieta, donde empezó a cantar. A eso, añaden desde el Ayuntamiento, está su ubicación, en el camino hacia el cementerio San Antoni Abat donde descansan sus restos.
Los fondos
Matra Museografía esbozará el plan para ordenar todo el material y relacionar todos estos elementos en el centro. Y hay mucho que interconectar. Llopis celebra que entre 2019 y 2020 llegaran al Ayuntamiento "más de 900 piezas, totalmente catalogadas, con una referencia de cada objeto y que están en contexto".
Esta es solo una parte de lo que queda aún por venir, asegura el concejal. Llopis valora la relación con Camilo Blanes, el hijo, "con quien desde un primer momento hemos tenido contacto y lo ha posibilitado". Como destaca, con él acordaron el espacio municipal más acorde a las necesidades y con la Casa del Capellán disponían de espacios con mucha altura para las presentaciones multimedia.
En la casa de Torrelodones donde vivía "hay mucho material que está aún por estudiar", subraya Llopis. Unos fondos que ya estarían acordados que se cedieran a Alcoy. "Hay un testamento, hecho dos años antes de fallecer, que ya indica que esos materiales se tenían que donar para el futuro museo". Un trabajo hecho en vida de Camilo Sesto en el que se marcaron los objetos susceptibles de interés para este objetivo.
La calle que lo cambió
La buena relación que, destaca Llopis, se mantiene con el heredero empezó con el propio artista. "En 2016, con Jordi Martínez, le visitamos para proponerle ser hijo predilecto", apunta. Aquel primer encuentro no funcionó como se esperaban.
"Nos recibió al principio de una forma arisca", afirma, "que si queríamos lo mismo que los que habían venido antes". ¿Cómo le convencieron hasta el punto de que cambiara su testamento? "Le dijimos que no buscábamos un rédito político sino que era una cosa penosa el que una persona de una trayectoria y reconocimiento mundial no lo tuviera en su ciudad".
Ese fue el punto de partida para establecer la relación de nuevo entre Camilo Sesto y su ciudad natal. "Después de ser hijo predilecto, una cosa que le hacía mucho ilusión era tener una calle en vida", asegura Llopis. ¿Por qué? "Siempre hizo énfasis en que se le recordara y que fuera en su ciudad, con la que se reencontró en los últimos años".
En noviembre de 2018, el propio Camilo pudo descubrir la placa que con su nombre bautizaba la Alameda de Alcoy. Apenas unos meses después fallecería a causa de un problema cardiorrespiratorio. Con el avance del proyecto del museo, Llopis está satisfecho de ver que se cumple lo que deseaba el cantante: "Camilo, de todo lo que le hemos propuesto, ha decidido todo lo que quería hacer y cómo lo quería".