Las obras para la renovación de las infraestructuras hidráulicas de Altea la Vella han dado lugar al descubrimiento de restos arqueológicos de aproximadamente 2.500 años. Este nuevo hallazgo pone de manifiesto la existencia de un núcleo habitado en época ibérica en esta zona.
Entre los hallazgos se encuentra un importante conjunto de material cerámico que en este momento está siendo estudiado por la catedrática de arqueología de la Universidad de Alicante, Feliciana Sala, ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.
Según ha explicado el concejal de Infraestructuras, Diego Zaragozí, "sabemos de la presencia humana en Altea la Vella, tanto por la documentación histórica como por las evidencias arqueológicas que de manera aislada se han podido registrar durante las últimas décadas, principalmente en dos momentos históricos: la época ibérica y la Edad Media".
La gran mayoría del casco urgan de Altea la Vella ya cuenta con una protección de carácter arqueológico porque está catalogado como Bien de Relevancia Local en la categoría de Núcleo Histórico Tradicional.
Zaragozí ha afirmado que esto implica que durante el transcurso de determinadas actividades que afectan al subsuelo es "necesaria la presencia de arqueólogos", y así se ha hecho en este caso.
Las obras que se están realizando están sujetas a una actuación de seguimiento arqueológico, la cual ha permitido documentar restos arqueológicos a lo largo de varios puntos del trazado sobre los que se está interviniendo.
El concejal ha señalado que entre estos hallazgos aislados destaca especialmente la aparición de un importante conjunto de material cerámico que, según el arqueólogo Pedro Jaime Zaragozí, parece estar asociado a un espacio doméstico, lo que supondría la evidencia definitiva de la existencia de un núcleo habitado en época ibérica en esta zona.
Otras excavaciones recientes
El Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) finalizó el pasado miércoles la campaña de excavaciones en la Cova del Randero de Pedreguer con la aparición de nuevos restos arqueológicos. En esta ubicación, estarían relacionados con los grupos de cazadores recolectores que poblaron el este peninsular durante el periodo Magdaleniense.
Los nuevos hallazgos de Pedreguer pondrían de manifiesto la presencia de vida, no solo en la boca de la cueva, sino también en su interior hace 17.000 años. En esta última campaña de excavación se han encontrado restos de huesos humanos y una varilla plana apuntada y pulida en su totalidad, realizada sobre costilla de animal, empleada para sujetar el cabello o la ropa que portaría uno de los inhumados que depositaron en esta cavidad hacia el 2.700 a. C.
Tras los importantes hallazgos hechos en la Cova de Randero, el equipo de arqueólogos de esta campaña participará en dos congresos internacionales sobre el mundo Neolítico: el VII Congreso Internacional del Neolítico en la Península Ibérica y el Early Neolithic of Europe.