La crisis económica y social que provocó la caída de Tiro, en el actual Líbano, causó la ruptura de las relaciones con sus colonias en Occidente y el consiguiente cambio de poder. Esa es la teoría asentada sobre lo que sucedió en el siglo VI antes de nuestra era. Un hallazgo de la Universidad de Alicante cuestiona el impacto que tuvo aquel cambio a partir de un reciente descubrimiento en Los Almadenes.
Unos versículos del profeta Ezequiel en la Biblia, en los que se explaya sobre la crisis de la capital fenicia, destacaban la caída de la misma. "¿Quién había que fuera como Tiro, ahora silenciosa en medio del mar? Con las mercancías que tú sacabas de los mares, tú saciabas a numerosos pueblos". Los historiadores han ajustado esa visión dentro de la guerra con el rey Nabucodonosor II de Babilonia y el replanteamiento de las redes comerciales.
Ese es el contexto en el que se maneja la denominada crisis del siglo VI antes de nuestra era que afectó en ese momento a toda la cuenca del Mediterráneo. Con la excavación en el yacimiento de Los Almadenes en Hellín, el equipo de arqueólogos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico, Inaph, plantea una visión diferente.
Este verano, en la campaña de excavación que han mantenido allí, han descubierto un gran edificio en el ángulo noreste de la fortificación. Como subrayan, contra todo pronóstico, en lugar del torreón que hubiera sido preceptivo, ha aparecido una construcción extensa con compartimentos completamente abiertos a un patio. "Almadenes es un enclave protohistórico que lo que demuestra es que durante el siglo VI hay actividad económica organizada y a escala mediterránea", subraya la catedrática Feliciana Sala.
Un gran almacén
El comunicado de la UA señala que la ciencia arqueológica ofrece una imagen diferente a partir de ello. Un lugar fundado ex novo para obtener una materia prima costosa, y por ello el esfuerzo en construir una fortificación eficaz, y un lugar capaz de organizar el transporte del producto de forma segura descendiendo desde el Alto Segura hasta un punto de la costa sureste.
Este almacén tiene su acceso desde el mismo pasillo de la puerta de la muralla, un dato que el equipo señala particularmente por su curiosa disposición interna. Eso les hace considerarlo un espacio dedicado al trasiego de bienes cuya su entrada y salida se fiscalizaría en la propia puerta principal de la fortificación. Esta se configuraría como un muelle de carga y descarga, como ya vieron en la campaña de 2020. Los trabajos continuarán en 2022 avanzando en esta hipótesis.
Este es un elemento más para confirmar el carácter productivo del asentamiento, del que por otros datos los investigadores saben que se dedicó a la extracción del azufre del histórico coto de Las Minas durante la primera mitad de este siglo. Desde aquí el azufre se comercializaría entre las potencias que se disputaban el control del Mediterráneo y su navegación.
En la próxima campaña de 2022 el equipo procederá a analizar sus contenidos, una valiosa información para aproximarse a la vida cotidiana en el enclave. El compartimento de este gran edificio excavado ahora en septiembre, el primero junto a la puerta, en lugar de ánforas almacenadas, ha deparado un conjunto de vasos cerámicos asociados al servicio de mesa y la manipulación de alimentos dispersos en torno a un hogar.