La Huerta de Alicante, con terrenos en el norte de la ciudad, y grandes extensiones de campo pertenecientes a Sant Joan, Mutxamel y El Campello, es un paisaje singular que durante los dos últimos milenios ha forjado el carácter y la historia de sus gentes. Citas con la Huerta de Alicante desde Sant Joan, de Verónica Quiles y David Beltrá, se sumerge en los secretos de esta tierra de secano regada muy irregularmente por el Monnegre.
Como explican sus autores, hay constancia de la extensión de la ciudad mediante villas diseminadas por el valle desde época de los romanos. Y precisamente de esa época datan las primeras obras para embalsar y llevar riego a los campos, una necesidad convertida en virtud con el paso de los siglos.
No obstante, será en la Baja Edad Media, en torno a los siglos XII y XIII cuando los musulmanes acometieron las principales infraestructuras hídricas de una zona jalonada por ramblas y escorrentías. La otra cara de la moneda de un clima templado en invierno y fundamentalmente seco durante casi todo el año. El Azud de Mutxamel, próximo a El Pantanet, donde se encuentra el partidor principal es uno de sus mejores ejemplos.
Sin embargo, fue a finales del siglo XVI cuando se construyó el primer pantano de Europa en Tibi (construido y pagado por los alicantinos), y se regularizó de una forma más extensa el uso de las aguas procedentes de los montes que limitan el valle.
Como explican Quiles y Beltrá, las alquerías a las que no llegó ese recurso quedaron con cultivos de secano: un paisaje de algarrobos, almendros, olivos y viñedos contrasta con otro de moreras, palmeras, albaricoques, higos y hortalizas. Y en ambos, las plantas fibrosas como el esparto abrieron otra actividad comercial paralela, la de fabricación de cestos y capazos.
Historia y vida
El libro, editado por el Ayuntamiento de Sant Joan recorre la historia del valle en todas dimensiones, desde los acontecimientos políticos de los diferentes monarcas a la toponimia, pero presta especial atención a la búsqueda y reparto del agua como el elemento vertebrador de la Huerta.
En este recorrido cobran vital importancia algunos momentos históricos como la llegada de la reliquia de la Verónica a la Santa Faz, los desembarcos piratas y la construcción de las torres vigía que jalonan el interior del litoral y el aumento del cultivo de viñedos y elaboración de vinos. Más tarde, la revolución industrial, la deforestación por sequía, y la construcción de haciendas y villas burguesas en campos abandonados por sus antiguos hortelanos.
La plaga de la filoxera, los proyectos republicanos para la playa de San Juan, la Guerra Civil y el desarrollo urbanístico posterior completan el recorrido. Pero Citas con la Huerta de Alicante desde Sant Joan cuenta muchas más historias desconocidas, como las del semillero del jardín Botánico de Alicante, y cotidianas como la visita de Isabel II o el tranvía de la huerta (Alicante-Mutxamel).
El "fondillón" alicantino, la colombofilia, las granjas avícolas, el tomate de muchamiel que pugna por una DO, el nacimiento de la colonia Vistahermosa o el proyecto de Pedro Muguruza en la playa, rematan una visión general del paisaje huertano alicantino.