Los ocho siglos transcurridos desde que naciera el rey Alfonso X el Sabio abren los eventos que recuerdan la figura del monarca que conquistara Alicante al Islam. Conferencias y exhibición de archivos destacan la importancia y las curiosidades del que fuera suegro de Jaume I y marcara la historia del derecho español con sus normas.
El enfoque en la ley es lo que atrajo desde hace años a Jorge Payá. El profesor universitario, antes de participar en el Gil-Albert el próximo martes 30, le destaca como la figura más importante del ius commune o derecho común. Su amor por todas las ciencias y el rodearse de un buen equipo de juristas de la época le lleva a valorar el papel de las leyes como instrumentos claves de su política, explica.
La transformación que suponen códigos como el Fuero Real y las Siete Partidas generaron un impacto que llega hasta hoy. "Es el gran momento de los juristas. Y ahí lo disfrutamos por Alfonso X, que quiere renovar el derecho". ¿Por qué pasaba eso? Desde que se redescubriera en el siglo XI la obra del emperador romano Justiniano, Europa está inmersa en un renacimiento jurídico medieval.
Y Alfonso X tendrá un interés especial en ello, apunta Payá. Como hijo de la princesa alemana Beatriz de Suabia, tenía derecho a aspirar a la corona de emperador del sacro imperio germánico. Un título por el que peleará durante décadas desde que se lo propusieran en 1256 y que, finalmente, no lograría por la falta de apoyos papales.
Escribir para gobernar
"Un gran emperador tiene que tener un gran libro de derecho, como lo tenía Justiniano", explica Payá sobre las motivaciones que impulsaban al rey castellano. Y algo parecido sucedía en la corona de Aragón. Allí quien reinaba era Jaume I, que si bien tenía un perfil muy diferente al de Alfonso, también se rodea de expertos como Jacobo de las Leyes. Una figura clave para ambos monarcas en los que influirá en la redacción de piezas clave como los Furs de 1261.
Volver la mirada atrás a lo que se dictaba en sociedades medievales no queda lejos. De hecho, su eco es mucho más cercano. Y así lo resalta el profesor. "En España las Siete Partidas serán derecho aplicable hasta 1889, cuando se promulga el Código Civil. Y en la Constitución, el artículo 57 que regula la sucesión de la corona, está copiado literalmente de ellas".
Su impacto es tan grande que hasta en el propio Capitolio de los Estados Unidos, se incluye el busto de Alfonso el Sabio. Y así está porque se le considera uno de los padres de una obra jurídica que influyó en la redacción de leyes que aún marcan la jurisprudencia en los estados sureños y en la propia Hispanoamérica.
Alfonso y Violant
Alfonso se casaría con Violant de Aragón, la hija de Jaume I, en 1246. Ella tenía entonces diez años y él veinticinco. Según recuerdan desde el Ayuntamiento, Alicante representó un papel significativo en esa relación de tan dispar edad. Así, el barrio del Pla del Bon Repós tomaría el nombre de una residencia de recreo que tuvieron ambos monarcas.
El 4 de diciembre, el día de santa Bárbara, de 1248 el aún infante Alfonso de Castilla había conquistado la fortaleza que sigue dominando el Benacantil. De esa forma pasaba a formar parte del reino de Murcia hasta 1296, cuando Jaume II la recuperaría para la corona de Aragón en virtud de una sucesión tras la muerte de Alfonso el sabio, recibe la donación de Murcia
A partir de la conquista de Alicante, prosiguen, se tenía esa residencia en la zona y donde doña Violant quedó embarazada después de años en los que Alfonso X lo intentara mientras ella aún no tenía ni 18 años. Según esta versión, la residencia del Pla fue el lugar en el que consiguió la deseada descendencia. Berenguela, su primera hija, nacería finalmente en Sevilla en 1253. Las crónicas alicantinas atribuyen que esta residencia procuraba el reposo buscado para que aquello sucediera.
Protección musulmana
En esos años en que Alfonso había conquistado Alicante, Payá remarca que "no se expulsó a los musulmanes". De hecho, destaca, el infante que llegaría al trono tras la muerte de su padre en 1252 "los consideraba especialmente protegidos por la corona y que así hay que protegerlos".
¿Por qué actuó de esa manera un rey cristiano en una ciudad que había conquistado? "Porque en el terreno fronterizo se necesita gente que cultive la tierra y la sepa regar y los que lo sabían hacer eran los musulmanes". Si se hubiese producido esa expulsión en ese momento, "estarían perdidos porque si la tierra no se cultiva no hay alimentos y las razias de los guerreros procedentes del Reino de Granada serían más fáciles".
Pequeños ejemplos como estos son los que el concejal de Cultura de Alicante, Antonio Manresa, considera "una oportunidad única para que los alicantinos conozcan la historia de un reinado que impulsó el saber clásico y medieval". Una labor que desea animar con el intercambio de las llamadas ciudades alfonsíes con las que plantea intercambiar experiencias culturales "que nos permitirán conocer más nuestra historia común, la de España y la de nuestra ciudad".