Alicante

Un peruano, un alicantino y un granadino, aunque principalmente Roca Rey y Manzanares como reclamos, llenaron la plaza de Alicante en fecha señalada en la Ciudad de la Luz: la noche de San Juan. Unas 10.000 personas abarrotaron el coso de la Plaza de España. Ya quisiera À Punt tener la audiencia -y de pago- que tienen los toros en las plazas de Iberia. 

Roca Rey firmó un quite notable de quietud en la misma boca de riego. Chicuelinas, tafalleras y larga. Un surtido de vistosidad. Brindó el peruano a Manzanares, largo el parlamento, y comenzó de rodillas con pases por la espalda. Como un tren se arrancó el victoriano. Un volcán de emoción.

El torero de Lima, más allá de torear clavado y erguido como un poste, parece que hunde sus zapatillas bajo tierra. Entrega total, temple dormido, embestidas dominadas. Su toreo es apabullante, indiscutible. Sumen la personalidad, el magnetismo, el control de la escena y del auditorio. Y además, se los pasa cerca con la tensión de quien se pide una caña en una barra.

El epílogo con un ramillete de bernadinas fue una traca de quietud, valor, emoción. Milimétrico el ajuste. Dos orejas del tirón. Pidieron el rabo. Roca Rey hace lo que hacen y siempre han hecho las figuras máximas del toreo toda la vida de Dios: primero llenan la plaza y luego la ponen boca abajo.

El sexto salió regateando y con pies. Más tensión que lucidez en el saludo capotero de Roca. Prologó Andrés con muletazos por alto cogido a las tablas. Habitual en la tauromaquia de Luis Miguel Dominguín. Casual o no, hace unos días colgaba Andrés en su cuenta de instagram el libro que sobre Luis Miguel escribió Andrés Amorós, alicantino y catedrático de Literatura.

Hubo una serie a derechas redonda de temple y sutil de pulso. Se metió entre los pitones mientras en una barrera del 7 ondeaban la bandera de Perú. ¡Torero, torero, torero! Roca Rey tiene toda la pinta de ser una figura de época. Entre otras evidencias está la de quienes le discuten. Discutir a los indiscutibles es deporte nacional.

Hacía quince años que Victoriano del Río, una de las ganaderías clave en la evolución del toreo contemporáneo y talismán de faenas históricas en Las Ventas, no lidiaba una corrida completa en Alicante. Curioso el dato. Con tres largas cambiadas en el tercio recibió Fandila al terciado toro de Cortés. Galleó por chicuelinas antes de un puyazo mínimo. Quitó también por Chicuelo pero con el compás abierto. Con las banderillas formó un lío.

Pura pasión, fuego en unos tendidos acostumbrados a las Hogueras. Qué necesario es un torero como El Fandi. Más de lo que creen puristas y puretas. Torero de públicos y de aficionados. De quien escribe, por ejemplo. Casta y motor el de Cortés. La pasión y los decibelios se redujeron con la faena de muleta, variada pero sin tomar altos vuelos. Paseó una oreja.

Tras la merienda, El Fandi volvió a su lío. Cuatro pares de banderillas enardecieron de nuevo al respetable. Bajó el tono con la muleta.

“Jilguero” no cantó grandes virtudes ante el percal de Manzanares. Sin embargo, mejoró el toro en la muleta. Manzanares estuvo muy en su línea. Tandas cortas, sin soltar la embestida y algo al hilo. Sin acabar de comprometerse y eso que el toro repitió con nobleza y son por ambos pitones. Sensacional la estocada tras el primer pinchazo de la feria. Oreja patriótica.

El anovillado quinto tomó con nobleza la muleta de Manzanares, fácil y mecánico con un aparente oponente. La parroquia encantada y fiel con su torero. Pues eso. Como síntesis, faena intrascendente ante un toro insignificante. Para trascendente, la presencia, el reclamo y los triunfos de Roca Rey en las ferias. El pan suyo de cada día.

Ficha

Plaza de Toros de Alicante. Corrida de toros. Tercera de abono. Jueves, 23 de junio de 2022. Casi lleno. Se lidiaron toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (1,4), de presencia tan correcta como desigual salvo los muy terciados primero y quinto. Codicioso el 1, de buen son el 2, bravo el 3, deslucidos 4 y 5, manejable el sexto.



-David Fandila El Fandi, nazareno y oro. Oreja con petición de la segunda. En el cuarto, saludos.



-José María Manzanares, corinto y oro. Oreja. En el quinto, ovación.



-Roca Rey, barquillo y oro. Dos orejas del tirón. En el sexto, oreja con fuerte petición de la segunda.