La canción popular de La Tarara tiene muchas variaciones de letras y una de ellas atrajo a la dramaturga Josi Alvarado para crear su obra de teatro homónima sobre un personaje no binario que se rebela contra la sociedad. Ha sido una compañía vasca, Hika Teatroa, la que adapta este premiado texto en el que incluye referencias a su Alicante natal y que llega a Elche este 23 de octubre.
Tres años después de que La Tarara fuera la ganadora del primer premio Ana Diosdado de la Muestra de Teatro y que la Crítica Valenciana también lo reconociera, su autora siente la alegría de que el texto vuelve al lugar que lo vio nacer.
"La infancia como paraíso perdido es un mito muy bonito", razona Josi Alvarado al recordar el punto de partida de su texto, una canción infantil, "cuando muchas veces como dice Wajdi Mouawad es un cuchillo clavado en la garganta". Y se pone muy seria al señalar una preocupación que aborda "en la actualidad aún hay un silencio que cubre todo el tema de los abusos sexuales y que es tan culpable como la persona que los perpetra, que suele ser un hombre".
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Y ese tono serio lo mantiene del mismo modo que afirma que "aún existe en la sociedad ese silencio cómplice que hace que continúen los abusos sexuales. Especialmente en entornos como la iglesia católica, donde tradicionalmente son temas tabú que no se denuncian ni sacan a la luz". "Y eso desgraciadamente sigue pasando", concluye.
Con todos estos mensajes hay un aspecto que quiere puntualizar al espectador que se acerque al Gran Teatre. "Mi intención no era hacer una denuncia política o social sino un enfoque mucho más intimista, lírico y poético, donde la cosas no se denuncian, se sugieren para que el espectador vayan entendiendo lo que está pasando poco a poco".
La Tarara la define como "un thriller en el que se van desgranando las verdades de lo que está pasando y donde el espectador llega a la conclusión y empatiza con la historia". "No es una historia política en sí", matiza, "ni de denuncia porque sí tiene ese enfoque más lírico, pero sí que es un símbolo de lo que pasó durante tantos años y sigue pasando, que es lo más triste".
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"Habrá quienes salgan escandalizados a La Tarara porque hay alusiones explicítas a un amor homosexual y a la dignidad de la personas que no se consideran binarias, hombre o mujer, sino que son transgénero, transexual, fluidos o como queramos decirlo", avanza. Con esas ideas tan claras, su mandato "en el teatro sugerir es siempre más eficaz que no decirle al espectador cómo debe pensar, no tratarle como si fuera inferior o aleccionar".
En una sociedad en la que el enfrentamiento es una constante, lo que reivindica Alvarado es el derecho a la poesía, que es una idea que representa también La Tarara, el escaparse de una realidad opresiva para que sea la poesía la que te envuelve. Y como razona, "el derecho a hacerse preguntas, a encontrar un lugar donde preguntarnos y no tener respuestas, pero poder hablar, compartir y reflexionar más allá de las prisas de un mundo que va tan rápido".
Lo que también va rápido son los reconocimientos que acumula. "El protagonista que canta y baila y hace de todo es Kepa Errasti que ha sido nominado por los premios Besarkada y además, la actriz protagonista Sandra Ferrús ha obtenido el reconocimiento Max a mejor autora revelación por otra obra", señala con orgullo para completar que "tenemos la suerte de un elenco impresionante".
El paso por el Gran Teatre de Elche el 23 de octubre es el segundo después de pasar por el Principal de Alicante y el de Valencia. "Queremos que venga más por nuestras tierras", apunta, "y me gustaría que La Tarara se viera más aquí porque habla de aquí".
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