La larga marcha ultra, el nuevo libro de Mariano Sánchez Soler, se presenta ahora, pero ha necesitado de cuatro décadas para escribirse. Es el tiempo desde que saltó desde su Alicante natal hasta Madrid donde empezó como periodista viviendo la transición política en España hasta los fallidos intentos de los años 80 y 90 por devolver la extrema derecha a la política. Hasta que llegó Vox.
"Lo que hago en el libro es contar desde la muerte de Franco el largo camino de la extrema derecha desde el punto de vista histórico y los intentos anteriores", cuenta. Lo hace antes de marcharse este miércoles a Madrid a presentar su nuevo libro, mientras que le llevará a 80 Mundos el próximo 27 de octubre.
Una de las claves que recuerda Sánchez Soler es que durante décadas se hablaba de que "España tenía una singularidad" respecto a la extrema derecha ya que no había partidos en el arco parlamentario que estuvieran en ese espectro ideológico. Y eso "a pesar de los intentos de Blas Piñar, que en los 90 estaba apoyado por Jean-Marie Le Pen y Giorgio Almirante, que tenían representación parlamentaria en Francia e Italia".
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¿Qué impidió que prosperaran entonces los intentos financiados desde otros países? En el principio, según argumenta, "la proximidad de la dictadura, porque esta extrema derecha de origen muy diverso lo ha intentado, pero estaba muy próxima en la memoria de la gente y no había una distancia".
Estamos a finales de los años setenta y principios de los años ochenta, cuando incluso se produce un golpe militar en España. Ahí cree que "que el electorado durante muchos años tenía muy claro que no quería votarla porque quería la consolidación democrática y quería la integración en Europa", que llegaría en 1986.
A eso tampoco ayudaba que los líderes que encabezaban estas propuestas durante el inicio de la vuelta de la democracia en España eran personajes vinculados a la dictadura. "Eso era un hándicap", apunta porque mientras la gente recordara esa vinculación, no habría apoyo en las urnas.
Estos tres puntos encontraron un elemento que lo podía superar, el tiempo. Ese cree Sánchez Soler que es el factor concreto que más ha jugado a favor de la extrema derecha. "Más del 50 % del electorado no ha conocido la dictadura", recalca sobre la situación actual. Eso marca la diferencia frente a países como "Francia, Italia y Austria, donde estaba instalada desde hace años en la clase política de manera clara".
Ese "movimiento internacional neocon", que cobra fuerza desde Estados Unidos sabe aprovechar el cambio para conseguir ese mayor peso social. Y aprenden de las tácticas de Trump o Marine Le Pen, especialmente en un área. "Ellos han acertado en una manera de usar las redes sociales y lo han hecho de manera muy directa: haciendo memes divertidos y vídeos heroicos".
Si esa es una herramienta para conquistar al electorado, el momento político en España también ha favorecido que se haya llegado a los 3,6 millones de votos escogiendo la opción de Vox en 2019. "En ese discurso españolista nacionalista lo que ha sido la tormenta perfecta es el procés catalán", asegura.
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"El salto de Vox lo hace en defensa de España contra el independentismo. Ese fue el catalizador que les llevó a entrar en el Congreso con 24 diputados en 2019 y conseguir un altavoz político muy grande". Ese mismo año casi duplicaron sus asientos en el Congreso y subieron a los actuales 52. "Esa es la diferencia frente a Fuerza Nueva y otros intentos de traer la experiencia de Le Pen en España".