Alicante

"Me da mucha alegría ver el funcionamiento del edificio, ver que está vivo, que está lleno de actividad", cuenta Sol Madridejos. Con ese ánimo la arquitecta vuelve a Alicante, al MACA, el museo que su despacho Sancho Madridejos creó antes de construir el futuro en Shanghái. Ahora vuelve para redactar el proyecto de ampliación y afrontar el reto de mejorar la que se considera una obra clave en su trayectoria.

Sentada junto a las obras de Eusebio Sempere, el artista que donó a la ciudad de Alicante su colección, Sol Madridejos repasa el trabajo hecho junto a Juan Carlos Sancho. Dice que es como volver a ver a un hijo que se ha hecho mayor y ya es independiente. "Siempre hay actividades, y la verdad es que eso es lo que completa el edificio", explica sobre lo que representa la vuelta.

En la tercera planta, donde se presenta la obra de Sempere, es precisamente donde se conectará el edificio actual con la ampliación prevista. Antes ha estado repasando los detalles que hicieron a principios de siglo, comprobando qué tal han funcionado algunas de las soluciones empleadas. Y también ha escuchado las peticiones y comentarios que la conservadora Rosa Castells, responsable del centro, le ha transmitido.

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Todo eso formará parte de la redacción del proyecto que debe entregar en el plazo de ocho meses, aunque confía en que será antes. El concejal de Cultura Antonio Manresa detalla que el despacho Sancho Madridejos es el adjudicatario de esta licitación por 359.000 euros, IVA incluido. Y ahí el también portavoz municipal agradece que esta expansión se haga tras la renuncia del patronato de vivienda a la construcción en el aparcamiento trasero del centro. 

Ampliar con coherencia

"Tenemos la oportunidad de ser los mismos arquitectos que diez años después hacemos el edificio", cuenta Madridejos. Y señala que esta es una ocasión especial "porque muchas veces se amplía cuando ya han pasado muchos años y a lo mejor ya no están los arquitectos". Al afrontar esta oportunidad desde su despacho, hay una palabra clave a la que han llegado después de largas reflexiones: continuidad.

"Lo que hemos querido es hacer algo que sea coherente y que tenga continuidad con lo que existe", recalca. Su idea es que "cuando se vea en el futuro, el proyecto se entienda que es una ampliación, pero que parezca que es parte del mismo museo". "Queremos conectarlo en las máximas plantas posibles que nos permita técnicamente la estructura existente y queremos que se vaya paseando y haya un recorrido fluido y que se entienda como algo unitario", añade.

El proyecto que idearon hace dos décadas estaba hecho a la medida de Sempere, pensado para albergar su colección. Ahora, con otras colecciones ya permanentes como la de Juana Francés y la de Jenkins y Romero, la estructura debe plantearse otros bases.

Primero porque las dimensiones de las piezas ya no son las mismas y hay que pensar en el auge de las instalaciones de gran formato. Segundo porque se necesitan otros espacios que antes no se aplicaron, ya sea una tienda o un restaurante. Y todo eso, insiste, "siempre que se entienda como algo que funciona de manera coherente y de manera clara como una unidad". Para conseguirlo "nos toca otra vez volver atrás y volver a analizar y a ver los detalles que hemos hecho, cómo los vamos a interpretar, cómo los vamos a hacer ahora para que se entienda como un todo".

"El museo tiene que ser mucho más vivo, cambiante y más activo", afirma. Y eso refleja lo que ya viene siendo porque "no es una colección estática que solamente se expone, es mucho más. Es todo lo que engloba alrededor, todos los acontecimientos que se generan". En ese razonamiento señala otra idea, "creemos que es muy importante la relación con el exterior, que el espacio se pueda abrir, que sea mucho más participativo, que sea de todos y que reciba a todos".