Arqueólogos de todo el mundo trabajan en los yacimientos que hay en lo que era el vasto Imperio romano y no han encontrado una pieza similar a la que guarda la ciudad de Alicante. El Marq se precia de tener el fragmento de una mano que formaba parte de una gran escultura de bronce.
La emoción del director del Museo Arqueológico de Alicante se palpa cuando habla de este hallazgo. "Esta pieza es única en el mundo romano", explica Manuel Olcina, "no existe otra igual en toda la geografía que abarcó ese imperio. Desde Escocia hasta el Sáhara y desde Mesopotamia hasta el Atlántico, no existe nada igual".
Si Olcina sabe destacar la importancia de esta mano hallada en el yacimiento del Tossal de Manises, también recuerda que en un museo "todas las piezas son importantes porque todas son testimonio de las culturas que nos precedieron, tanto las más bellas piezas como las más corrientes".
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La deseada mano de bronce que conserva el Marq es peculiar por la empuñadura de espada que conserva. En el remate de la misma aparece un símbolo que siglos después se convertiría en un estandarte para otros imperios que basaron sus iconos en los creados por los romanos: el águila bicéfala.
La estatua de bronce, que se fundió en el siglo I de nuestra era, estaba dedicada a un emperador del que no se sabe el nombre. Como detalla, este fragmento corresponde a la mano izquierda y parte del antebrazo y sostiene un tipo de espada particular, el parazonium. Por ello se sabe que corresponde a un alto cargo ya que solo estos podían llevarla.
¿Cuándo se encontró? La excavación en el yacimiento de Lucentum, uno que gestiona el propio Marq y en este caso dirige Olcina, descubrió esta mano en la cabecera del foro el año 2005. Como indica, apareció en los niveles de destrucción del foro, en el siglo III, aunque esta escultura se levantaría en el momento de mayor esplendor de la ciudad, en el mencionado siglo I.
"A veces en congresos internacionales hemos debatido con colegas qué pueden significar estas dos cabezas porque no existe nada igual". ¿Nada? "Para encontrar algo similar hay que ir al mundo hitita, en el primer milenio antes de Cristo, o al mundo selyúcida turco, del siglo XII después de Cristo. En medio, no hay nada de esto". Por eso se define como "un unicum, una pieza exclusiva que tiene este museo".
Lo que sí se puede saber sobre estos 35 centímetros de bronce que pesan seis kilos es que la estatua original se realizó con la técnica de la cera perdida para representar a un tamaño mayor que el natural a esa gran figura militar.
En el intenso estudio que realizaron tras su descubrimiento y que recogieron en el libro El báculo y la espada, apuntan que se trata de una muy buena aleación ya que tiene escasa presencia de plomo. De esos indicios piensan que el taller original estaría en Italia o Mediterráneo oriental y desde allí se traería. Con 2,2 metros de altura presidía uno de los pedestales del foro y Olcina considera que "sería una de las imágenes más impactantes que los ciudadanos de la antigua Alicante contemplarían" al recorrer ese lugar.
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