Alicante

"Los hombres estamos dando un paso adelante para hablar de sentimientos", así sitúa el editor Emili Albi su nuevo libro como autor. Una carta al padre fallecido que titula Esta vana esperanza y con la que reflexiona sobre el cambio generacional en los hábitos de la paternidad a partir de sus memorias entre Valencia y Madrid.

¿Tiene fotos con sus hijos? ¿Y con su padre? ¿Recuerda que este le abrazara o fuera a verle jugar? Albi repasa esos pequeños momentos y demostraciones de afecto que nos construyen y que antes no se prodigaban.

"Ahora mismo tenemos que ser padres con cierta sensibilidad y estar muy cerca de nuestros hijos. Y quizás por un contagio norteamericano, tenemos que ir al partido", apunta Albi. "Yo que he jugado bastante al fútbol, nunca me vio, nunca se levantó para verme jugar, era un padre que se levantaba para trabajar porque él tenía una carrera profesional".

Su ensayo lo entronca en la línea de cartas al padre que "ya es un género en nuestra literatura". Un reflejo de esa evolución social que ya ve natural abordar "cosas que nos hacen sentir vulnerables" cuando antes "era muy poco masculino". De ahí que considere que con la literatura "se hacen cosas que naturalizan una masculinidad más sana, seguro que la que tenían en nuestros padres".

En ese "corte muy grande entre las generaciones", Albi reconoce que le ha costado ponerse con este asunto, pero "creía que es muy rico para pensar en la filiación y paternidad". Como razona, "cuando eres hijo y eres padre hay un puente muy curioso porque hay cosas de mi padre que no me gustaron nada y que intento no hacer en mis hijos y lo repito".

Albi lamenta que "normalizas sentimientos negativos que la sociedad no nos permitía a los hombres". Y ahí pone de ejemplo el éxito de Miguel Bosé Los chicos no lloran en 1990. "Los nacidos en los 60 a 90 nos han criado en esos principios", señala. Por eso celebra "que España es un país que ha avanzado mucho en poco tiempo" y el "quitarse esa mierda que te han trasladado de una sociedad franquista, antigua y muy atrasada. Eso te da una libertad para relacionarte con la gente, es muy agradable el quitarte todo eso que nos han legado".

Experiencia universal

Recién publicado este ensayo en Pez de plata y con una presentación pendiente en su Valencia natal el 29 de junio, reconoce que al escribirlo "me preocupaba mucho que pasara de la anécdota personal a la categoría, para que no fuera una experiencia personal sino universal". E insiste en que "pienso que la literatura tiene que tener una vocación de reflexionar" y que "el lector piense cómo fue su relación con su padre, cómo ha cambiado y cómo es la importancia de la paternidad".

Así expone su vida y la de su padre en un proyecto que empezó justo a su muerte, muy poco antes de que la pandemia obligara a todo el mundo a encerrarse en casa. El dolor y el confinamiento le llevó a escribir de nuevo. Y al hacerlo define "una relación atravesada por la distancia y el desencuentro porque no nos encontrábamos nunca y siempre íbamos haciéndonos zascas".

Al retratarla "encontré una distancia muy grande entre mi crianza y la de mis hermanas que somos cuatro, y a las exigencias que yo notaba que la sociedad como hombre me exigía". Por eso cree que "es un relato generacional, porque a los padres antes nos educaban desde una distancia más que prudencial, desde una gran distancia".

Emili Albi.

Si el ensayo retrata las diferencias que hay, también valora "la importancia de comprender al padre para ser padre al mismo tiempo y de querer hacerlo mejor". Un punto en el que también destaca que "es muy difícil". Con tres hijos que tiene, Albi es consciente de que "la siguiente generación no se entiende con la anterior" y, aunque tenga el temor de no ser un buen padre, "al menos tengo esa preocupación por ser padre que el mío no tuvo nunca".