Alicante

A principios de los años 90, Daniel Cyr inventaba un nuevo aparato acrobático que revolucionaría el mundo del circo. Acababa de nacer la rueda Cyr. Una herramienta compuesta por un solo anillo grande hecho de aluminio o acero con un diámetro de aproximadamente 10 a 15 cm y cuyo espectáculo el público de Alicante puede disfrutar hasta el próximo 1 de septiembre bajo la carpa del Cirque du Soleil.

Con 10 años, Ghislain Ramage ya soñaba con ser acróbata y dominar esta rueda Cyr desde que vio por primera DVD de los espectáculos Quidam y Alegría del Cirque du Soleil en el televisor de su casa familiar en la ciudad francesa de Rennes en la región de Bretaña.

En el año 2011, su sueño de la infancia se hizo realidad al recibir una llamada del Cirque du Soleil para invitarle a formar parte de uno de los espectáculos de la compañía. "Yo no me lo creía, lo veía como algo inaccesible". El artista destaca en una conversación con este diario la escasez de artistas de rueda de Cyr en aquella época: "Autoridades de varias compañías de circo venían a ver los números de rueda de Cyr para reclutar artistas". Y precisamente así fue cuando entró por primera vez en contacto con el Cirque du Soleil mientras se encontraba de gira por Italia con otra compañía de circo.

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14 años después y tras haber pasado por numerosos espectáculos del Cirque du Soleil, el acróbata francés sigue sin dar crédito de lo "privilegiado" y "afortunado" que se siente al formar parte de esta "familia". Un periodo clave en su vida de artista que culmina con su incorporación a Alegría el 27 de abril de 2023. "Estar en el escenario me produce una sensación indescriptible de alegría, ¡y lo más increíble es que me pagan por hacer lo que más me gusta!", confiesa, emocionado.

Un estilo de vida que el artista vive con mucho entusiasmo. "Siempre me ha gustado viajar, por lo que vivir en el Cirque du Soleil es para mí, un sueño", declara. Y es que la vida de artista no está hecha para todo el mundo. Cambiar cada tres meses de país, vivir lejos de la familia, no saber dónde está tu "hogar", etc. 

Sin embargo, Ghislain Ramage siente que encaja a la perfección con este ritmo de vida; "Nunca he sido muy familiar, y al final mi hogar está donde esté la carpa del Cirque du Soleil". 

Ghislain enlaza hasta once espectáculos a la semana, un ritmo de trabajo que requiere de mucha disciplina y preparación física. Además, dispone, al igual que los otros 55 artistas, de su rincón privado para prepararse, vestirse y maquillarse él mismo antes de cada representación. 

La vida de artista fuera de la carpa

Lejos de quedarse todo el día descansando, Ghislain aprovecha sus días de descanso para descubrir y conocer un poco más los sitios en los que se asienta temporalmente la enorme carpa del Cirque du Soleil. Desde la llegada de la carpa a San Juan de Alicante el pasado 16 de julio, el artista ha viajado a algunos lugares de la provincia como Altea.

"Me encanta hacer senderismo y fotografiar la vida de las calles por las que paseo". El acróbata siempre sale a la calle con una cámara debajo del brazo, para así alimentar su otra gran pasión: la fotografía.

Durante las giras, el artista siempre viaja junto a su bicicleta, un medio de transporte que le permite explorar sitios más remotos. Un afán por descubrir las culturas de los lugares a los que viaja que también alimenta desde el propio escenario: "Al ser una carpa con un espacio íntimo, puedo ver con claridad los rostros de las personas del público, lo que permite entablar una conexión especial desde el escenario", confiesa.

El amor y la pasión por viajar y vivir aventuras no se reserva exclusivamente para los días libres que Ghislain tiene mientras se encuentra de gira. Cuando disfruta de unos días de vacaciones, el acróbata aprovecha para "viajar más". "Prefiero seguir viajando a quedarme parado en un solo lugar", afirma el artista, quien confiesa volver a su Bretaña natal "una vez al año" para visitar a su familia.

Una vuelta a sus orígenes que le resulta "rara". "Siempre que vuelvo tengo la sensación de reencontrarme con mi pasado y ver que nada ha cambiado me resulta extraño", a lo que añade que "me siento más en casa debajo de la carpa del Cirque du Soleil".

Acerca de su carrera, el acróbata asegura querer "vivir el momento presente" y quedarse "unos años más en Alegría", aunque confiesa que, a sus 39 años, "el cuerpo empieza a enviarme señales".