Artista fallero criado en Benidorm, Sergio Sánchez ha conseguido que sus figuras las vean por todo el mundo en forma de pequeñas muñecas que Lady Gaga adora. Estas le han dado su nombre artístico y como Sergio Minidolls tiene El Museo de la Fama de la capital turística de la Comunitat Valenciana.
Ocupado en su taller preparando sus ninots, cuenta que fue precisamente su experiencia en el modelado de figuras el que una docena de años atrás, trastocaría sus planes. El huracán Lady Gaga revolucionaba el mundo pop y él era uno más de sus admiradores. Los atrevidos diseños con que la cantante sorprendía en vídeos y galas le inspiraron en uno de sus ratos libres.
"En principio, simplemente iban a ser cabezas, no había cuerpo, y después de tener una de las cabezas, dije, ah, pues voy a hacerle cuerpo también", recuerda sobre aquella primera minidoll que modeló. La inspiración le llegó a partir del vídeo de Judas, precisamente con Norman Reedus que pasará ahora por Alicante, y acabó haciendo dos figuras que subió a la red social que tenían sus seguidores, littlemonsters.com.
"La gracia que tenía esta web era que, según los likes que consiguieras iba subiendo en el ranking", recuerda. Un reto en el que lo tuvo relativamente fácil cuando mostró esas creaciones y el equipo de la artista y ella misma los comentaba. De ahí pasó a lo que era Twitter y luego Instagram valorando las imágenes con frases como: "Siempre estoy enamorada de las mini muñecas".
De entre las diversas versiones que hizo Sergio animado por la "euforia increíble" de ese súbito reconocimiento internacional a su trabajo, fue encadenando modelos y modelos. Creaciones que cuando algunos de los diseñadores que trabajan con Lady Gaga le han llegado a comprar, caso de Assaad Awad.
Sorprendentemente, quien no la tiene es la propia cantante. "A través de un chico que me compraba, le regaló una a su padre y la tuvo en el restaurante que tiene en Nueva York. Creo que es lo más cercano que ha estado de una figura. De momento", cuenta.
De una diva como Gaga a la reciente Taylor Swift, para la que también ha hecho este verano, han pasado muchas figuras. Un tiempo en el que ha dejado atrás la idea de venderlas por encargo, porque cada una de ellas es única, y a los interesados los redirige a la página Regala un ninot, donde sí se pueden comprar ejemplos de su trabajo más fallero.
Mientras, sigue creciendo una colección para la que tiene pendiente una adecuada catalogación. Bajo el nombre de El Museo de la Fama ha ido exponiéndolas en mayor o menor medida por diversos espacios.
Un proyecto en el que ha ido añadiendo nuevos personajes más allá de su pasión por la música, como reflejan las que dedicó al Festival de la canción con Julio Iglesias o Karina, su Benidorm adoptivo con María Jesús y su acordeón o Alaska. También ha explorado el terror con el payaso Pennywise, Jack Nicholson en El Resplandor o la Morticia Addams de Anjelica Huston. "Me gusta hacer de personas que me inspiren, hacerlas con tranquilidad, con cariño", concluye.