"Los discapacitados nos levantamos con mucha más ganas de lo habitual". Con ese espíritu resume José Manuel Aramendia cómo afronta su día a día en Alicante. Tras publicar un cuento infantil ya prepara el segundo y piensa en una aplicación para socializar: "Queremos ayudar a la gente discapacitada que salga más a la calle".
Sentado en la sala de actos del Instituto Juan Gil-Albert donde trabaja cada día, José Manuel cuenta que se lanzó a escribir un cuento porque tenía ganas de hacer proyectos nuevos. Y ahí encontró el apoyo en su hermana Marta.
Juntos escribieron Mago torpón, mago molón, un cuento en verso. El protagonista tiene "un poquito" de él porque le gusta la magia y se define como torpe, aunque "si me caigo me vuelvo a levantar con una sonrisa".
En él aparecen versos como: "Cada día un golpe nuevo, / aunque intenta ser prudente, / a otros niños no les pasa. / No quiero ser diferente". Y por eso incide en que "si nos caemos, no nos importa. Nos levantamos con ganas de seguir trabajando".
Esa voluntad es la que subrayan los dos hermanos con este proyecto porque "no hay nada imposible", como dice otro verso. "Sí", recalca, "porque los discapacitados no debemos estar limitados con cosas simples".
Eso se lo ha aplicado él mismo bajo la idea de que "hay que probar las cosas: si no se prueba, no se sabe". De ahí lo de escribir, una idea para la que encontró rápidamente el apoyo de Marta y el de sus pequeños sobrinos, que lo han ilustrado.
Y ese Mago molón, mago torpón le ha servido para "ser más humilde, ser más cariñoso con las personas. Hay que ser compasivo. Hay que ser buena persona con las personas".
Una forma de ser para la que no ve alternativa "porque si no, ¿cómo tratas a las personas hoy en día? Yo no miro solamente el aspecto físico. Yo miro el corazón a la persona. Yo llevo el alma en las personas. Si miro a los ojos, ya sé qué piensas tú".
Entre las cosas en que piensa José Manuel está el hacer reír a los demás, "ese es el gran truco que siempre quiero enseñar a las personas". Y lo piensa porque quiere que "sean abiertos, siendo ellos mismos".
La risa es una pequeña revolución contra problemas "que se pueden encontrar a veces las personas con discapacidad, que se sienten diferentes y deciden encerrarse. No deberían encerrarse a sí mismos. Debería abrirse al mundo".
Él lo ha ido haciendo con este cuento al que le seguirá muy pronto Un truco, dos trucos, tres trucos. El primero se ha distribuido en escuelas de la provincia para presentar esa serie de mensajes que ahora quiere ampliar.
"No hago magia, pero son mis trucos de día a día que uso yo para que la gente se sienta feliz. Por ejemplo, tengo pedir perdón rápido, sonreír, ser agradecido, crecer y saber perder", explica. "Son trucos", remata con una sonrisa.
Crear una apli
Si el primer cuento ya le abrió el camino, José Manuel quiere seguir avanzando por él y explorar otras ideas. Entre ellas, está buscando un desarrollador para lanzar una aplicación móvil: "Queremos ayudar a la gente discapacitada que salga más a la calle. Que no se quede los viernes solo en casa".