Más allá del crecimiento acelerado que vive la ciudad de Alicante, en su historia no solo hay nuevos barrios, también los hay que desaparecen. Esta es una de las curiosidades que recoge Alfredo Campello en su nuevo libro.
Pequeña historia de Alicante en sus barrios amplía la visión que había dado hasta ahora uno de los responsables de la asociación Alicante Vivo tras centrarse en determinadas zonas, como Benalúa o Carolinas.
Si esos son muy populares y, por tanto, con más documentación disponible, otros se lo han puesto cuesta arriba. "Los barrios que más difícil me lo han puesto son los que ya no existen, los que han desaparecido por varios motivos", explica.
Y señala dos en concreto: el barrio del cementerio o el de las casitas de papel. El primero "en origen fue un barrio de gente que vino de la Mancha, que vino de Andalucía, que compraron unas parcelitas y de forma ilegal se construyeron un barrio para vivir tranquilamente como en su propio barrio".
El contexto social, subraya sobre el área del cementerio, "es muy poco conocido". Y al final pesan más los estereotipos u otras visiones que se transmiten que esa realidad. Así que agradece el acceso de documentos a través de amistades, los del archivo municipal de Alicante o la hemeroteca del Información.
El otro ejemplo le lleva al centro, al denominado barrio de Las casitas de la Renfe, "que estaba situado donde está hoy más o menos el aparcamiento de la estación, justo en el propio barranco de San Blas".
La referencia al accidente geográfico ya da una pista de su devenir: "Qué pasó? Se construyó en los años 50 encima del barranco. Cuando se produce la riada del 82, el agua llega hasta el primer piso, algo que hemos visto ahora con las inundaciones en Valencia. Y el barrio en el 83 fue derribado por completo porque estaba dentro de un barranco y aquello ya no tenía más salvación".
No es el único caso que demuestra la fuerza del agua en la ciudad. El siguiente ejemplo lo pone en "el barrio de la Caridad, que estuvo situado donde hoy está el acceso a los ascensores del castillo, debajo del muro del Raval Roig".
Un siglo antes que en la zona de Renfe, "una tromba de agua provocó el hundimiento de las casas, que estaban mal hechas, y la caída del muro del Raval Roig sobre las casas del barrio, con lo cual no quedó nada".
En otros casos, el problema no son esos fenómenos meteorológicos sino "la degradación" de la zona, "como las Casitas de Papel, que fueron unas casas prefabricadas para afectados por la riada, que al final se echaron a perder y se derribaron".
"La historia de Alicante está en los libros y archivos, la de los barrios es más difícil de hallar, y a veces solo se halla parcialmente, pero la intrahistoria de los barrios se perderá si nadie recoge este guante", como concluye en el texto introductorio del libro.
Él ya lo ha ido haciendo en las charlas que ha ofrecido en la Sede de la Universidad de Alicante por encargo de Jorge Olcina y José Ramón Navarro. "Nos sabemos a lo mejor más anécdotas y batallitas de la ciudad que episodios importantes de nuestra historia", finaliza.