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A lo largo de una vida, uno vive distintas etapas. Desde los momentos inolvidables de la infancia hasta las responsabilidades de la adultez y, finalmente, los cambios físicos, psicológicos y sociales ligados a la vejez. Además de otros factores que afectan a cada una de estas etapas, la compañía y el círculo cercano son sin duda el ingrediente principal de una vida plena y placentera.

Sin embargo, al llegar la vejez, muchas personas son privadas de este ingrediente fundamental y se ven obligadas a lidiar con una soledad no deseada en los últimos momentos de su vida.

En España, una de cada cinco personas (20,0 %) sufre soledad no deseada, lo que supone un problema persistente. Asimismo, dos de cada tres personas (67,7 %) que la padecen llevan en esta situación más de dos años, y un 59 % más de tres, según datos de la Confederación de Salud Mental en España.

Si bien este problema afecta a todos los perfiles, la soledad no deseada se acentúa en las personas mayores, muchas veces destinadas a pasar el resto de sus días en una residencia.

Esta realidad es la que ha querido llevar a la gran pantalla el director, actor y guionista alicantino Sergio Checa.

Todo empezó cuando Sergio conoció a Mercedes, de 96 años de edad, "una mujer maravillosa relegada al olvido" en una residencia para mayores.

¿Qué es la soledad no deseada?

Para entender este concepto, conviene diferenciarlo del aislamiento, pues este se refiere a un análisis objetivo de una situación de poco contacto social.

En cambio, una persona que sufre soledad no deseada es aquella que vive la situación como un sentimiento negativo, que tiene menos relaciones sociales o de peor calidad de las que desearía.

Conmovido por la historia de Mercedes, a quien considera ahora una "amiga cercana" y tras horas y horas de charla con ella, Checa sintió "la necesidad" de plasmar esta realidad en un cortometraje.

Durante los encuentros entre la mujer mayor y el cineasta, un hecho reinaba por encima de todos los temas de conversación: Mercedes no recibe visitas desde que ingresó en la residencia para mayores.

El corto

Frío en las manos nace así de la "necesidad de reflejar una realidad que afecta al 20 % de las personas en España", asegura su director, Sergio Checa.

La obra, producida por María Films, Checa Films y Nanüi Films, plasma la historia de una mujer mayor que sufre soledad no deseada en una residencia de la tercera edad.

En palabras de su director: "Se trata de una obra que busca visibilizar esta soledad no deseada y sus devastadoras consecuencias emocionales y físicas, especialmente entre las personas mayores", a lo que añade: "Es un llamado a la sociedad para que reflexionemos sobre nuestra responsabilidad hacia ellas".

De 19 minutos de duración, fue grabado en una residencia de mayores de Burgos, un centro en "un entorno idílico", pero en el cual, al igual que en la mayoría de ellos, se alojan personas víctimas de la soledad no deseada.

"Nadie quiere estar ahí". Esta es una de las frases que más recuerda Sergio de sus conversaciones con Mercedes y que ha querido reflejar en su corto.

También recuerda cuando ella rememoró el día en que cerró su casa "por última vez" antes de acudir a la residencia, dejando "toda una vida de sacrificios y recuerdos atrás", relata.

"Debemos escuchar y estar más presente para las personas mayores, son pozos de sabiduría". De esta experiencia, de la cual asegura haber dedicado "un año entero" de investigaciones sobre la soledad no deseada, Sergio Checa se lleva "amistades de gran calidad".

"Las personas mayores saben valorar más el tiempo y de ellas he aprendido a ir más despacio y disfrutar del momento presente, porque al final te das cuenta que la vida son dos días", asegura.

La obra, protagonizada por la actriz Teresa del Olmo y llena de planos cerrados "para acentuar los sentimientos y emociones de los personajes", se estrenará "proximamente" en varios festivales de cine.

Un estreno que prevé ser el pistoletazo de salida del recorrido de la obra por algunos de los eventois más importantes del cine en toda España, aunque su director confiesa que su mayor deseo sería llevarlo a institutos, asociaciones y eventos sociales para que la realidad de la soledad no deseada "llegue a toda la sociedad".