Javier González Duato fue el último gestor profesional (al margen de los nombramientos políticos) de Ciudad de la Luz. Trabajó diez años en el complejo cinematográfico alicantino, de 2004 a 2014, cuatro de ellos como el máximo responsable de la empresa gestora que inicialmente creo Luis García Berlanga para el proyecto, Aguamarga Producciones.
El empresario valenciano procedía de la industria auxiliar del mundo audiovisual, a lo que se sigue dedicando desde Valencia en la actualidad. Llegó a dirigir una de las empresas de producción de decorados más importante de España y de Europa. Desde un primer momento creyó en el proyecto y por eso se lanzó a gestionarlo. Los pulsos políticos y los intereses de los personales del entorno de Berlanga lo echaron todo al traste. Él prefiere no hablar de eso. Sin embargo, sí analiza el porqué del declive del proyecto.
Esta semana, el Consell de Ximo Puig ha anunciado el fin de las sanciones impuestas al complejo por la Comisión de la Competencia de la UE. El PSOE que siempre denostó la estrategia popular de los “Grandes Eventos”, entre la que se incluía el complejo cimenatográfico, quiere ahora reflotarlo. Y ya ha anunciado el inicio de los rodajes en 2022.
“Estoy convencido de que Ciudad de la Luz puede volver a ser un reactivador de la economía alicantina para ello no se puede volver a caer en los mismos errores del pasado. La idea fue brillante pero el desarrollo fue desastroso”, comienza el empresario. “Es cierto es que el mundo tecnológicamente ha cambiado y por lo tanto habrá cuestiones como en toda industria habrá que modificar, pero hay tres ideas básicas para que funcione”, añade.
Lo segundo, en opinión del empresario, es pensar más allá del complejo, en la industria auxiliar. “Para una producción tener que pagar dietas a electricistas, carpinteros, extras… supone un coste muy elevado y adicional. Lo intentamos desde 2005 sin ningún tipo de apoyo, pero ya entonces dijimos que los estudios debían ser capaces de aprovechar a más de 100 empresas relacionadas del entorno con una progresiva adaptación al mundo audiovisual. Es como la industria auxiliar del automóvil para Ford en Valencia. Es lo que hace que sea competitiva una fábrica”.
González Duato se muestra muy crítico con el modelo de Escuela de Cine que se impulsó en la etapa anterior. “No necesitábamos formar directores de cine o de fotografía, eso es a lo que me refiero con cultural. Necesitábamos formar a carpinteros y electricistas, profesionales en maquillaje o vestuario, que es lo que buscan las producciones”.
Una fábrica
“De igual forma que Ford fábrica vehículos, Ciudad de la Luz debe fabricar productos audiovisuales. Sin entender este concepto difícilmente funcionará. Nadie podría imaginar montar una fábrica de vehículos sin haber desarrollado en paralelo una industria auxiliar para el desarrollo de proyecto. Con la industria del cine ocurre lo mismo", afirma.
"La industria local instalada en la zona tienes quien te aporta los servicios necesarios. Por eso hay que estar pensando ya en un plan de formación urgente de profesionales del sector de todo tipo: carpinteros, escultores, eléctricos, cámaras, atrecistas… son más de 30 profesiones diferentes muy especializadas que abaratarían los costes finales a la hora de atraer producciones”, destaca.
Y es que el modelo de atracción de producciones es muy importante. Ciudad de la Luz se hizo con dinero público y se dieron incentivos a la producción con dinero público, en competencia desleal con otros proyectos privados en la Unión Europea.
“Los incentivos deben ser nacionales, para compensar la llegada de rodajes a España. Una vez aquí, si Ciudad de la Luz funciona le pasará igual que Hollywood o Pinewood, tendrá demanda de las instalaciones todo el año. No puede volver a ser un proyecto político ni local o regional. Uno de los mayores estudios de Europa, con uno de los tanques de agua más demandados del mundo, ha de ser un proyecto a escala nacional y europea”, prosigue el empresario.
Es más, debe estar abierto a las innovaciones tecnológicas y de comunicaciones. “Ahora no podemos pensar en montar aquí las producciones, se pueden enviar por internet a todo el mundo en unos minutos. Debemos dar a las producciones lo que necesitan”, agrega.
“Pero seguimos contando con ventajas competitivas como el sol. O, a escala nacional, con un AVE que puede permitir a un actor rodar por la mañana en Alicante y actuar por la noche en el teatro en Madrid.. Además, la entrada de grandes plataformas como son Netflix, HBO, o Amazon generan una proyección de negocio mucho mayor al mundo audiovisual. Eso sí, si somos capaces de responder a sus necesidades”, concluye el empresario.