Pues de largo de uno de los proyectos más ambiciosos de Oxizonia, ONG de Elche que está reforestando tanto el Amazonas como España. Tras más de un año de postproducción, los cines Odeón de la localidad ilicitana, de propiedad municipal, acogen este jueves 20 de abril el estreno del cortometraje documental 'La Selva de Cristal' (a las 19 horas y 20.30 horas en segundo pase), patrocinado por Segurlike by Cojebro.
"Son 25 minutos de concienciación ambiental", explica a este medio José Ramón Mena, fundador de Oxizonia, sobre la reserva que tienen en el Amazonas peruano. Desde una visión "crítica", este corto denuncia "la devastación que está sufriendo la selva amazónica, sus consecuencias en el planeta y las tribus que en ella habitan, pero con el positivismo tan particular del protagonista, Arturo Valls", se puede leer en la sinopsis.
Porque el cómico y actor valenciano es el gran reclamo de un proyecto que hace años que ha apadrinado. "Él quería ver de primera mano el trabajo de reforestación que estamos haciendo allí", donde llevan más de 150.000 árboles plantados desde la constitución de esta ONG en 2006.
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"Ha sido muy gratificante pero muy desolador al ver ante la situación que está viviendo el Amazonas y cómo se permite por los gobiernos esta tala ilegal", explicaba hace un año a este medio este presentador de televisión con motivo del viaje de casi tres semanas que acaba de realizar.
Un viaje en el que se implicó tras ofrecérselo su amigo, el director de cine y documentalista Gerardo Olivares ('La Ruta de Samarkanda', 'Entrelobos' o "14 Kilómetros"), responsable a su vez de 'La Selva de Cristal'. Cámara en mano, pero como fotógrafo, también estuvo Benya Acame y eso nos lleva a una de las anécdotas del rodaje: "En los dos últimos días se nos estropearon las cámaras por la compensación por humedad y tuvimos que tirar de dron, móvil y GoPro", para seguir grabando, avanza Mena.
Y es que, pese al buen tiempo que no se esperaban encontrar, reconoce Valls, convertido ya en activista por el medio ambiente, el periplo estuvo cargado de aventuras. "Nos encontramos con áreas que ya habían sido depredadas. En la minería nos encontramos con campamentos mineros ilegales donde extraen oro sin permiso, no está controlado, y hubo tensión en un pueblo", explica José Ramón Mena.
"Arturo es muy disfrutón en el viaje y supo ver y transmitir lo que estábamos haciendo", agrega. "Recorrimos muchos kilómetros por río y tierra, nos encontramos en la cordillera andina en dirección a la reserva con un derrumbe y nos obligó a desviarnos y a tener que ascender a 5.000 metros de altitud, cosa que ninguno de los que íbamos había estado tan alto", relata el fundador de la ONG, que trabaja codo con codo todo este tiempo con José Luis Galipienso, especialista en plantaciones.
Aunque si hablamos de anécdotas, aunque José Ramón no lo menciona, se le recuerda la picadura que sufrió en el ojo que le dejó una hinchazón considerable. "Perdí la visión del ojo derecho y parte del izquierdo durante dos o tres días", afirma con un tono neutro.
¿No te preocupó? No, no me agobié, imagino que por la adrenalina y porque prefería que me pasase a mí que a uno de mis compañeros", responde. Que haya ido al Amazonas desde los años 80 también explica su comportamiento. "Era como compartir jornada con Sylvester Stallone en Rocky", añadió hace un año Valls entre risas. "Mira que íbamos prevenido ante la picadura de mosquitos y serpientes, cosas habituales en la selva, pero menos mal que le tocó el premio gordo a José Ramón", dijo.