La representación de Dios en el cine es tan variada como la luz que brilla en el cielo de ¡Qué bello es vivir!, la Alanis Morissette de Dogma o el Cristo de Marcelino, pan y vino. José Cámara Sempere recoge esas y muchas más en ¡Viva la anástasis! (UOC), el ensayo que recoge cómo evoluciona esa visión religiosa en el audiovisual. Y al presentar el libro en la ciudad de Alicante se sale de esos ejemplos y destaca que "divulga más la idea de Dios esas películas de superhéroes" que "las de sermón".
Después de haber analizado centenares de películas hasta llegar a elegir las cincuenta que conforman este trabajo Cámara confiesa que sigue sin creer en Dios. "Escribiendo el libro he estado a punto, pero he seguido sin acercarme", reconoce aunque sí se recuerda como adolescente "con una vida católica plena".
Ahora, añade, alguna le ha impactado especialmente, como el documental español Converso, de David Arratibel. Un director "que no creía en Dios, pero toda su familia tuvo una visión" y decide hacer un trabajo sobre ello. En ese proceso que retrata, Cámara recuerda "un momento en que filma de una manera muy sobrecogedora que cree en Dios". Y eso, explica, "lo puedo entender".
¿Por qué hacer un libro sobre Dios en un país donde cada vez más gente se siente indiferente frente a la religión? "Formamos parte de una sociedad que culturalmente ha estado muy cercana a ella", recuerda. Tanto que, "nuestro calendario laboral está relacionado con una cultura cristiana y con unas devociones muy enraizadas". Por eso cuando estuvo valorando ideas con Jordi Sánchez-Navarro para un libro y surgió la idea de Dios, "me captó mucho la atención y no sabía hasta qué punto".
Su investigación le ha llevado desde 1907 hasta 2019. Del negocio que se vio en presentar las escenas de la vida de Cristo en películas mudas que se distribuían por toda Europa hasta llegar a Rose Glass, la única directora que aparece, y mostrar una visión de la religión desde el punto de vista de la mujer porque, como recuerda después de pasar por la librería Pynchon, "la historia de la religión, y desde que comienza el cine hasta ahora, está contada por hombres".
En el libro muestra el camino que hay desde el existencialismo de cineastas como Bergman o Tarkovski a ver "cómo se va perdiendo por otras cuestiones que tienen que ver más con la vertiente contraria a Dios, el demonio, porque es más atrayente para el espectador". Razón, añade, por la que decide que aparezca El exorcista. "Y era lo que me interesaba: cómo ha ido apareciendo Dios según cineastas que tienen más o menos fe y así explicar que está muy utilizado por los poderes y la sociedad", destaca.
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En los más de cien años que abarca, dos décadas son las que más acaparan su atención: los 60 y la de 2010. Dos muy diferentes respecto a la visión social de las creencias. "Se pierde esa cultura religiosa imperante y hay gente joven en la actualidad que le hablas del buen pastor o de ciertos símbolos y no los reconoce", razona, "y está bien porque como sociedad hemos evolucionado y la religión pertenece al ámbito íntimo o tiene que ser respetuoso con las creencias de otras personas".
Ese arco que dibuja Cámara le permite recuperar el relanzamiento del cine bíblico que tuvo su apogeo en los años 50 gracias a un gran éxito como Los diez mandamientos. Género que intentó regresar, aunque con menos repercusión, la década pasada, como le sucedió a Exodus: Dioses y reyes.
Donde sí ve una presencia explícita de Dios y con una gran acogida de público es en las películas de superhéroes. "En ellas la figura de Dios es muy importante", recalca. Y aunque no analiza ninguna específicamente, sí menciona Thor: Love and Thunder con un Russell Crowe encarnando a Zeus.
Esa importancia ¿de qué forma se plasma? Por un lado, prosigue, porque responde a la base del género: "¿Cómo se explica el nacimiento del superhéroe en una sociedad?". Por otro, porque "Jesucristo es un hombre al que alguien le ha dicho que es Dios y su hijo —y eso está muy bien explicado en La última tentación de Cristo—. Al final es un superhéroe porque resucita a Lázaro, convierte el agua en vino… Y el milagro es algo que se escapa a nuestro raciocinio".
De ahí que concluya que "me parece que divulga más la idea de Dios que esas películas de superhéroes que siempre acaben haciendo referencia a una existencia de Dios que es, a su vez, extraterrestre. Eso creo que sí hace más por ese cine de divulgación de sermón, que las bíblicas que tienen una cierta parte de ciencia ficción".