Alicante

Un triángulo amoroso entre agentes de la Guardia Urbana de Barcelona que terminó en 2017 con la muerte de uno de ellos se convirtió en uno de los episodios de la crónica negra española más seguido. Entre quienes lo siguieron estaba el director de Alicante Jorge Torregrossa, encargado ahora de adaptar la historia de Rosa Peral, Albert López y Pedro Rodríguez en la serie de Netflix El cuerpo en llamas. Y pese a todo el morbo que generó un caso que incluía porno venganza, asegura que "el sexo no era lo más importante de la historia".

¿Cómo de difícil es hacer una serie cuando los personajes están vivos? "Es muy difícil, da mucho respeto y te lo piensas todo mucho antes", responde Torregrossa. "Nosotros éramos conscientes de que queríamos hacer una ficción basada en esta historia y en estos personajes que yo conocía desde que salió la noticia en 2017 y me fascinó". Y con eso "tomarnos la oportunidad de usar lo que te presta la ficción: tener la posibilidad de meterte en la cabeza de los personajes".

Contar las vulnerabilidades y anhelos de este caso tenía también sus riesgos, como se vio hace pocos días, cuando Rosa Peral pidió ver la serie antes de su estreno para valorar si se ha vulnerado su derecho al honor. "Todo ese tema lo sé más por la prensa porque no sé nada. Nosotros hemos operado al margen, lógicamente. Hemos creado unos personajes de ficción basados en ellos y en lo que conocemos. Estamos haciendo una cosa donde la subjetividad, y donde el hecho de sentir lo que ellos sienten y meterte en su cabeza, era fundamental".

[El crimen de la Guardia Urbana: la cronología]

Una de las formas de hacerlo es mostrando a los personajes hablando a cámara cuando reproducen alguno de los numerosos mensajes que se intercambiaban en la realidad y que pretendieron ocultar a los investigadores. "Hay todo tipo de mensajes, la mayor parte de los que salen en la serie son reales, o sea, que constan en la sentencia y en el juicio", explica. Para presentarlos quiso "romper la cuarta pared y que tú veas la emoción del personaje y que te metas a través de los ojos del personaje en lo que está sintiendo o lo que está queriendo decir o lo que no. Y me parece que es una de las señas de la serie". 

Contar las pasiones que vivió Rosa con Albert, Pedro y Javi implicaba elegir de qué manera presentaban esas relaciones sexuales. "Una cosa que no queríamos era que fuera sensacionalista, amarillista, el morbo por el morbo", razona. Laura Sarmiento, la guionista, y él sabían lo que era abordar un tema de alto voltaje ya que habían hecho también para Netflix Intimidad, una serie que abordaba la filtración de vídeos sexuales. 

"A pesar de que el sexo es una parte importante de los personajes y de las relaciones, y hay bastante secuencias de sexo, no queríamos que fuera una cosa gratuita, no queríamos que fuera una cosa grosera", subraya. Y así, "las secuencias del sexo se han utilizado porque eran absolutamente necesarias en los momentos en los que suceden". También aclara que "no ha habido ningún tipo de limitación en ese sentido, pero creíamos que ahí no estaba lo importante".

[Rosa Peral: "Albert es un psicópata narcisista muy violento"]

Contar la historia detrás de un crimen es contar la historia de un país. Por eso Torregrossa insiste en su trabajo anterior: "Contar una historia de machismo tóxico de dos porno venganzas, de mujeres en entornos laborales machistas... Hay muchas cosas de eso en esta historia. Nuestro personaje opera en un mundo de hombres, es víctima del machismo, de la porno venganza, de un cuerpo policial dominado por hombres, pero a la vez también, de alguna forma, perpetua esa forma de hacer. Ella al final se comporta como uno más y no pone los límites. No marca las diferencias. Eso era parte fundamental".

Y tan importante era la selección de los intérpretes. Úrsula Corberó es Rosa, Quim Gutiérrez es Albert, José Manuel Poga es Pedro e Isak Férriz es Javi. "Tenemos un casting soñado. Se prestan naturalmente muy bien a encarnar a los personajes que encarnan. Úrsula, es que no hay otra que se pudiera acercar más. Y en el caso de Quim es un casting un poco fuera de tipo. Él decía que 'a mí no me ofrecen estos papeles, pero si me hubieras ofrecido alguno de los otros, pues no me hubiera interesado'. Un tío con una fisicalidad, un carisma... que sabe traer una inteligencia al trabajo que es muy rica. Eran perfectos".