La avalancha de suspensos con la que se saldó el segundo corte de las oposiciones masivas a docente de la Comunidad Valenciana provocó que un grupo de más de 1.200 personas se organizase a través de las redes sociales para reclamar. En total, un 69% los candidatos suspendió en junio, en su intento de ocupar 3.542 plazas.
Ahora una parte de los afectados se prepara para agotar la vía administrativa y, si fuera necesario, llevar las oposiciones a los tribunales, denunciando "irregularidades masivas" en los procesos de evaluación, e incluso dentro de los propios exámenes.
EL ESPAÑOL ha hablado con afectados de especialidades distintas, cuyas versiones coinciden en señalar la "impotencia" ante lo que consideran "un proceso difuso y arbitrario, sin unas garantías para saber qué se ha hecho mal o por qué alguien aprueba o suspende".
"Han pasado cosas muy raras durante todo el proceso", cuenta uno de ellos, de la rama de Física y Química. "Nos cambiaron el formato del examen pero no nos detallaron cuánto valía cada uno de los apartados, por lo que tuvimos que hacerlo a ciegas". Tampoco hay unos "temarios oficiales, algo totalmente fuera de lo normal".
En otra de las pruebas, la de informática, se hacían con un ordenador: "Resulta que el examinador se ponía al lado de la persona que estaba haciendo el examen, por lo que el anonimato ya quedaba destruido, y después le corregía en el acto. Cuando se acababa la prueba luego la borraba. No se podía reclamar una revisión".
Puntuaciones bajas
La manera de puntuar es algo que ha llamado especialmente la atención a los afectados. "Ha habido gente que se ha presentado a este proceso y que lleva años dando clase, y no tiene una carrera, sino varias. Y la nota del examen no es que no se correspondiese con lo que creía que iba a sacar, es que estamos hablando de exámenes con unos y ceros. No se entiende".
Ante estas situaciones, la actitud más recurrente ha sido la de presentar alegaciones y solicitar una revisión de los exámenes. "Pero todas se han denegado por sistema. De hecho, en menos de 24 horas estaban todas contestadas con un escueto: no admitida. Y a otra cosa".
El problema, cuentan las personas afectadas, es que en todos los casos de los que ellos tienen constancia no se ha podido ni siquiera ver el examen ni la corrección que han hecho. Y no solo de los suyos: "Hemos reclamado el de algunas de las personas que han sacado buena nota, porque son públicos, para ver cómo habían contestado y comparar. Pero tampoco se nos ha facilitado".
A estas fuentes lo que les llama la atención es que "el corte lo pasaron un número de personas muy similar a las plazas ofertadas" en cada especialidad, y que en la parte final de las oposiciones el número de aprobados ha sido muy alto.
"Teniendo en cuenta que han sacado casi las plazas justas, los méritos podríamos decir que no han contado. Por el camino se ha quedado gente con muchos años de experiencia y que no les ha servido para nada", dicen. "Y lo peor es que ni siquiera saben qué han hecho mal".
¿Cuáles serán los siguientes pasos? El caso está en manos de un abogado, que estudiará la forma de abordar la situación pero, por lo pronto, ha detectado varias irregularidades relacionadas con la falta de anonimato de las oposiciones. Antes habrá que ver el resultado de los recursos, pero los afectados lo tienen claro: "Tendremos la misma respuesta que hasta ahora. Un portazo".