Saber qué medidas son más efectivas para limitar la propagación de un virus es una de las grandes preocupaciones que ha tenido el mundo desde marzo de 2020. A ayudar a planificarlo está ahora el proyecto Loimos. Este simulador de pandemias hecho por dos universidades valencianas y una empresa permite prever su evolución y plantear hipótesis de dónde es mejor destinar los recursos.
"Esto ayuda muchísimo a decidir qué medidas tomar, a establecer aquellas que resulten más efectivas para evitar o, al menos, para limitar la propagación del virus". Así lo explica el investigador de la Universidad Politécnica de Valencia José Sempere. A través de un comunicado de la UPV que recoge Efe, ha destacado que los modelos del simulador "reproducen los virus y sus interacciones con un nivel de detalle sin precedentes".
El trabajo, publicado en la revista microLife, se ha desarrollado desde la Universitat de València, la UPV y la empresa Biotechvana del Parc Científic junto a otros equipos de investigación, como Fundación Fisabio o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con él se pueden "dibujar múltiples escenarios, plantear todas las preguntas e hipótesis que queramos y predecir sus efectos".
El modelo predijo las consecuencias de retrasar la adopción de intervenciones no farmacéuticas entre 15 y 45 días después de los primeros casos notificados. Y, de ahí, qué efecto tienen esas intervenciones sobre las tasas de infección y mortandad.
Cómo funciona
El equipo de investigadores aplicó Loimos para su validación en una ficticia ciudad tipo europea de poco más de diez mil habitantes. En ella reprodujo la dinámica de la epidemia y los efectos de la inmunidad sobre la transmisión del virus SARS-CoV-2 en diferentes franjas de edad.
Una de las conclusiones más relevantes del estudio, según los propios investigadores, fue la comprobación de la importancia de centrar los primeros esfuerzos en la gente más sensible y de mayor edad.
"Si nada más empiezan los contagios se aísla a la gente más sensible y de mayor edad, se consiguen frenar un poco", ha explicado el investigador de la UPV Marcelino Campos. Por eso ha añadido que "donde más se nota es en los recursos sanitarios utilizados y en la mortalidad, pues estas personas son las que tiene una mayor probabilidad de padecer peores síntomas al estar infectados".
El sistema se basa en modelos de computación con membranas que permiten diseñar de forma virtual el comportamiento de virus en diversos entornos, condiciones y niveles de gravedad. Así, entre otras variables, incorpora el tipo de infecciones, el grado de inmunidad adquirida o el periodo e índices de contagio.
El catedrático de Genética de la UV Andrés Moya ha señalado que estos escenarios "se simulan bajo determinados supuestos –por ejemplo, diversos tipos de medidas preventivas– y se evalúa la tasa de infección y su variación con el tiempo en la población".