Nacido en Venezuela, criado en Madrid y corresponsal por medio mundo cubriendo las guerras más importantes de los últimos 30 años para El País, Ramón Lobo (Lagunillas, 1955) no dejó de frecuentar en la última década la provincia de Alicante, en general, y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, en particular.
Su muerte por cáncer de pulmón este miércoles no ha sorprendido a sus allegados y seguidores, puesto que él mismo ha ido retransmitiendo su enfermedad por diferentes canales, desde el diagnóstico hace un año hasta su inevitable ocaso, como si se tratara de su última corresponsalía.
José Luis González habló con él por teléfono el pasado viernes por última vez, rememora para EL ESPAÑOL De Alicante. "Ha sido un ejemplo en vida y un ejemplo de cómo afrontar cáncer", apostilla. Este profesor de periodismo de la UMH ha ido tejiendo con Lobo una intensa relación que pasó del mero terreno periodístico al más personal.
[El periodismo español despide a Ramón Lobo]
Esta amistad derivó en el reconocimiento a su trayectoria que más ilusión le hizo a Lobo de los numerosos premios recibidos a lo largo de su vida, recordaba este jueves su amigo íntimo Guillermo Altares en el obituario que le ha escrito en El País: el del Doctor Honoris Causa por la UMH que recibió en enero de 2020, poco antes de la pandemia.
Fue una propuesta personal del profesor González, reconoce él mismo, que le lanzó a Lobo en una cafetería de Elche durante uno de los seminarios Ryszard Kapuscinski dedicados al Periodismo Internacional y que el veterano corresponsal no se perdía.
"Todo empezó cuando le contacté para que viniera a uno de estos seminarios años atrás junto con su amiga Olga Rodríguez", rememora el docente. Por entonces Ramón Lobo aún no había sido despedido de El País en un sonado ERE que afectó a 129 profesionales en 2012.
"Yo hasta entonces conocía a Ramón como lo conocía mucha gente, de leerle desde su época en El Sol", explica José Luis. Pero llegaron los seminarios Kapuscinski y al ver la implicación que mostraba Lobo, el departamento de Periodismo de la UMH decidió hacerle colaborador honorífico del departamento", agrega, y ya en 2017 González decide proponerle para el Honoris Causa para que su universidad tuviera a un segundo periodista con este reconocimiento tras el de la también corresponsal Rosa María Calaf.
Aula y jacaranda
Pero antes del prestigioso premio, llegaba otro que también le hizo mucha ilusión. También a instancia de González, en septiembre de 2021 el aula 4 del edificio Atzavares donde el alumnado de la UMH estudia Periodismo Político y Ética Peridística quedaba bautizada con el nombre de 'Aula Ramón Lobo'.
Él mismo lo inauguraba junto con el nuevo rector, Juan José Ruiz, un mes después. La universidad que se llama como el poeta oriolano contaba así con el nombre de Lobo, Rosa Montero, Forges y Calaf para sus cuatro aulas de Atzavares, recordaba un antiguo alumno este jueves en su Twitter y actual periodista de eldiario.es Marcos García Santonja.
Junto con el aula, en la UMH también luce una jacaranda con el nombre de Ramón Lobo en el Jardín de los Honoris. "La enfermedad de Ramón frenó" la plantación de este árbol, aclara José Luis. Fue el pasado viernes, cuando hablaron por teléfono, cuando, "en una conversación muy bonita", Lobo le contó que quería que plantaran una jacaranda "porque dijo que le encantaba la flor morada", recuerda.
Sabiendo ya que su muerte era inminente, José Luis González aceleró los trámites para que se plantara cuanto antes. "No sabía si llegaría a tiempo porque estaba muy mal y encima estamos en malas fechas por ser verano", pero gracias al empeño de la jefa de Jardinería, Natacha y de otros trabajadores, reconoce González, se hizo realidad.
El poso que deja
Al final, reflexiona José Luis González, "lo importante es el poso que deja Ramón" entre sus alumnos y alumnas. "Esa era la intención de su colaboración" con la UMH, afirma. Así, por ejemplo, en sus exámenes siempre hace un guiño al ya eterno corresponsal de guerra. "Todos los años hay una pregunta sobre su teoría de las corbatas que él siempre ha repetido y que pasa por explicar la desconexión que hay entre el periodismo y la ciudadanía contando cuantas corbatas hay en un periódico", señala.
Aunque la prueba más fehaciente, añade, es la de las llamadas y mensaje que ha recibido tras su fallecimiento de exalumnos que conocieron a Lobo en la UMH para contarles a este profesor lo mucho que les marcó conocer al periodista, entre los que se incluye el que escribe este artículo.