Gladiadores. Héroes del Coliseo, una exposición inédita en España, devuelve la ilusión de los grandes espectáculos al Museo Arqueológico de Alicante. El Marq recibe hasta el 16 de octubre las 140 piezas con que se presenta el oficio y la historia de estos luchadores a través de la experiencia del Coliseo de Roma y otros siete museos italianos.
"Estamos convencidos de que los casi ochenta mil visitantes que tuvimos con los etruscos a pesar de las dificultades de la pandemia, los vamos a superar". Así de optimista se muestra el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, al presentar una exhibición que demuestra que "la figura del gladiador sigue siendo irresistible dos mil años después", como apunta la vicepresidenta Julia Parra.
Inaugurada en la Semana Santa, cuando la programación televisiva devuelve las llamadas películas de romanos, la muestra se apoya en lo científico para desmontar tópicos fomentados en ellas. Y eso lo hacen con una clara voluntad de sorprender al espectador con instalaciones interactivas, reproducciones a tamaño real de luchadores y de sus armaduras.
Los cascos originales descubiertos en excavaciones en Pompeya o los frescos y relieves traídos desde Italia apoyan las explicaciones de cómo era el oficio de luchar ante miles de espectadores. El director del museo, Manuel Olcina, destaca precisamente ese componente de espectáculo multitudinario que no se volvería a vivir en la historia hasta muchos siglos después con campeonatos mundiales u olimpiadas.
Todo por el espectáculo
"Tenemos que pensar que desde la época romana no se había reunido a tanta gente hasta la construcción del estadio de Wembley en 1923", destaca antes de abrir al público la muestra. "Los 250.000 espectadores del Circo Máximo de Roma aún sigue siendo enorme frente a otros espacios como el sambódromo de Río de Janeiro, que tiene capacidad para 90.000", apunta.
Olcina recuerda la similitud con las costumbres actuales como el seguidor que anima y grita en los estadios actuales o la enorme capacidad técnica y logística que estaba al servicio del espectáculo. "Y eso no ha tenido parangón hasta nuestros días", subraya. Tanto es así que aún se recuerda el lema del panem et circenses, el pan y circo que ofrecían los emperadores a sus ciudadanos.
El embajador de Italia, Riccardo Guariglia, apoya este "enfoque científico innovador" con el que se presenta la vida de los gladiadores que "alcanzaron una fama inmortal y la de otros que tenían una vida cotidiana mísera". En este último enfoque ahonda Carlotta Caruso, responsable del Museo Nazionale Romano y del comité científico de la exposición, para subrayar la profesión de estos luchadores.