El arte creado en el primer franquismo y en la Europa de la posguerra es el protagonista de la nueva exposición del MACA. La exposición organizada por el IVAM analizará las dos décadas en que las cartillas de racionamiento marcaban la diferencia entre pasar hambre o no y expresar ideas contrarias al régimen podía llevarte a la cárcel.
"Es la primera vez que montamos una exposición de contexto histórico", explica Rosa Castells mientras desempaquetan cajas y ajustan las cartelas de Arte en una tierra baldía 1939 - 1959. El martes 11 se abre al público esta muestra y está ultimando los preparativos con Nuria Enguita la directora del museo valenciano y Nacho París, que comisarían esta muestra junto a Teresa Millet.
"Esta es la que más se centra en el momento", prosigue Castells en una parada de este montaje. La conservadora del MACA valora esta propuesta en la que no se presentan las obras como nichos aislados del momento histórico. Todo un contraste después de la anterior temporal en la que la amplia obra Bruno Munari "que era la belleza por la belleza". Ahora, "de repente, metimos los pies en el fango y nos preguntamos si se puede crear en un momento histórico convulso y trágico".
[El MACA de Alicante acoge 150 obras para "entender" al diseñador italiano Bruno Munari]
La respuesta a esa pregunta es la exposición.
Verdor en nuestra tierra árida, Destierros y Como quien espera el alba son las tres partes en las que se dividen las piezas escogidas. Cada una de ellas representa una forma de abordar las etapas del primer franquismo y tras la segunda guerra mundial en Europa. Castells cuenta que cuando vio la primera propuesta de este proyecto que iba para el Museo de Bellas Artes de Castellón sabía que tenía que pasar también por Alicante. "Para nosotros encaja perfectamente con nuestras colecciones y momento histórico", señala, a propósito de un centro que partió de la donación del artista Eusebio Sempere a la ciudad de Alicante.
La propuesta del IVAM marca otro hito. "Esta ya está pensada fuera de su lugar original", razona la conservadora del MACA sobre este proyecto. Y como remarcaba el Institut Valencià de Cultura en su presentación en mayo es una forma de apuntalar la descentralización del mayor museo de arte que tiene la Comunidad Valenciana, que ya tiene una subsede en Alcoy.
[Alicante acelera la ampliación del MACA: contará con 3.600 metros cuadrados más en 8 meses]
Un concepto que Castells comparte. "Entiendo que algunas instituciones como el IVAM cumple, o debe cumplir, el papel de un museo nacional de arte contemporáneo". Con más de siete mil obras en sus fondos, no escatima elogios para las posibilidades que se abren. Primero porque "sus colecciones son tan estupendas que puedes hacer todas las cosas en que pienses" y, segundo, porque "tiene los recursos".
Creando nuevos lazos
Ese poder ya se puso en evidencia en la primera gran colaboración que se estableció en 2017 entre los dos centros, Perdidos en la ciudad. Desde entonces hasta ahora el IVAM ha cambiado de dirección, se ha firmado un acuerdo entre ambas entidades y hay un espacio en la zona de vanguardias donde habitualmente se presentan sus fondos.
Con esta segunda gran muestra profundizan en esas buenas relaciones. Castells explica que el convenio da cabida a toda clase de proyectos que puedan pensar "desde la conservación, exposiciones o restauración hasta el diseño de programas informáticos para que podamos compartir".
Este espíritu se podrá comprobar en la inauguración oficial de Arte en una tierra baldía 1939 - 1959 que tendrá lugar el 19 de octubre. Mientras, como recuerda Castells, los visitantes podrán entender desde el próximo martes los escenarios en los que pudieron crear los artistas plásticos de la primera mitad del siglo XX.