Alicante

Punto final a una etapa del fútbol sala femenino alicantino. El equipo de la Universidad de Alicante (UA), el más importante de la provincia en los últimos años y también el menos reconocido mediáticamente, pliega velas como consecuencia de la nueva normativa de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que obliga a los clubes deportivos a profesionalizar, mediante contrato, tanto a las jugadoras como al cuerpo técnico de los conjuntos de la máxima categoría.

El conjunto universitario, que compite en División de Honor y llegó a ser subcampeón de Liga en la temporada 2016-17, no puede cumplir estas exigencias, tal y como reconoce el director del Servicio de Deportes de la institución académica, Roberto Cejuela, que fue el encargado de comunicar la triste decisión a las jugadoras y técnicas tras una reunión mantenida este pasado lunes en el campus. 

Durante su intervención, Cejuela explicó que los procesos de selección de personal de las administraciones públicas no permiten este tipo de contrataciones.  “Las nuevas condiciones impuestas por la Federación hacen inviable el mantenimiento de un equipo profesional para una institución pública con recursos limitados”, explicó.

Y es que otra de las normativas a cumplir por parte de la RFEF, según detalló, pasa por el depósito de un exigente aval bancario y por garantizar un presupuesto mínimo de 50.000 euros, cantidad que la UA no puede asumir. 

Roberto Cejuela, tanto en su nombre como en el de la vicerrectora de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, Catalina Iliescu y en el de la institución a la que representan, elogiaron la trayectoria del equipo femenino, del que señalaron que “pasará a historia del fútbol sala femenino y, por supuesto, del deporte de la UA”.  

El equipo de la UA, que llegó a disputar la fase final de la Copa de la Reina hasta este año, pasará a jugar en la categoría federada amateur.  En este sentido, el director deportivo considera que este cambio en la dinámica competitiva hacia un equipo más modesto “puede incluso abrir la puerta a otras futbolistas universitarias en niveles más iniciáticos y de formación, que es realmente nuestro cometido como institución académica”

El conjunto universitario ha sido un referente del proyecto Mujer y Deporte hasta el punto de haber participado en varias campañas dentro del II Plan de Igualdad. Comenzó su andadura en 1998 en la liga provincial y autonómica y, en 2011, logró el ascenso a Primera División.

Desde entonces, con la permanencia como único reto, han conseguido situarse en la élite del deporte jugando la Copa de la Reina hasta este año. Su lema, "Somos mujeres, somos deportistas, tenemos ese poder", supuso una revolución en el mundo del fútbol sala universitario y un gran revulsivo para las mujeres futbolistas.

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