La gran apuesta del próximo proyecto del EÓN Horneo Alicante no estará en la pista, sino en el banquillo. Fernando Latorre (Alicante, 1973) cambió la comodidad de Benidorm, donde deja un equipo consolidado en la élite, por la aventura romántica de llevar al equipo de su ciudad a la élite.
El técnico, pese a estar de vacaciones, sigue al minuto la construcción de una plantilla profundamente renovada que pretende convertir en un reflejo de su forma de entender el balonmano. Sus primeros fichajes, al contrario de lo que ha sido habitual en el club, no son jugadores contrastados en el ocaso de su carrera, sino "jóvenes y con hambre". "Quiero jugadores con mucha capacidad de crecimiento y que puedan llegar lejos", insiste Latorre.
"No quiero decir que los que estaban el año pasado antes sean peores, sólo que buscamos otro perfil", explica el alicantino, quien confía en que los veteranos que se quedan, como Jiménez, Doldan o De Novais, le puedan dar a la plantilla ese equilibrio necesario entre "juventud y madurez".
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El entrenador no oculta que para él es una "motivación" partir de cero con este proyecto y hacerlo crecer en un margen de tres años. En este sentido, admite que el susto del pasado curso, en el que el EÓN estuvo a un paso de descender, le ha venido bien a la entidad para replantearse de otra manera las cosas.
"Fue un golpe muy fuerte. No hay que buscar culpables, pero es evidente que no se hicieron las cosas bien. Todos hemos aprendido la lección. El camino correcto no es la rapidez, ni fichajes estrella, ni sólo una cuestión de dinero. La clave está en madurar poco a poco. Y que cada paso se dé de forma natural y paulatina", argumenta el preparador.
Acostumbrarse a la Liga
Latorre es un entrenador metódico y perfeccionista al que le gusta el balonmano coral, pero sabe adaptarse a cualquier situación externa e interna. Afirma que ya tiene una idea de cómo quiere jugar, pero advierte de que "seguramente tras la pretemporada habrá que cambiarla, porque una cosa es lo tienes en la cabeza y otra plasmarlo sobre la pista".
"A mí me gusta correr mucho, atacar bien y defender mejor… Como a cualquier entrenador. El estilo es algo que iremos viendo y ajustando. Lo más importante es formar un equipo que funcione como bloque y en el que todo el mundo se sienta importante", razona el entrenador, quien asegura que para un entrenador no debe haber diferencia entre dirigir un equipo de Asobal y otro de División de Honor Plata.
"Al final, la misión de cualquier entrenador es que el equipo que tiene en sus manos juegue de la mejor manera posible y que sus jugadores mejoren. Eso es igual en cualquier categoría", reflexiona el alicantino, quien destaca la importancia de volver lo antes posible al Pitiu Rochel, en obras durante el último año. "Un equipo trabaja y juega mejor si se siente en su casa y está cómodo", reflexiona.
Latorre no disimula que, una vez lanzada y consolidada su carrera como entrenador, le motiva "ser profeta en mi tierra" y pasar a la historia como el técnico que devolvió al balonmano alicantino a la máxima categoría. "Como jugador lo intenté y no hubo manera. A ver si ahora entre todos lo conseguimos", concluye el entrenador, cuyo equipo volverá al trabajo el próximo 1 de agosto.
Fundación
Este jueves, a las 21:30 horas, el EÓN Horneo Alicante presentará en el Castillo de Santa Bárbara la Fundación EÓN Balonmano Alicante, entidad con la que el club busca mostrar su compromiso social con aquellos que más lo necesitan.
La presentación contará con las intervenciones de José Sánchez, presidente de la Fundación EÓN Balonmano Alicante, Toni Cabot, director del Club Información, la responsable del equipo de inclusivos, Josefina Rodríguez, y Antonio Gallego, concejal de deportes del Ayuntamiento de Alicante.