La renovación del emblemático pabellón Pitiu Rochel de Alicante se celebró por todo lo alto el pasado miércoles. Una gran fiesta del balonmano alicantino devolvió la actividad al recinto tras su completa remodelación en la conmemoración de su cincuenta aniversario.

El conocido como la 'cuna' del balonmano acogió un encuentro amistoso entre los primeros equipos sénior del Eón Horneo y Agustinos, femenino y masculino, quienes han estrenado la nueva pista, adaptada específicamente para la práctica de este deporte.

No quiso perderse la especial cita Abraham Rochel Icardo, hijo del histórico Pitiu Rochel, quien fuera jugador y entrenador del Calpisa y que vistió en noventa ocasiones la camiseta de la selección española. Nació en 1943 y falleció en Alicante el 9 de febrero de 2001.

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El alcalde Luis Barcala señaló que las obras de remodelación sitúan a este histórico pabellón "a la vanguardia de las instalaciones para la práctica del balonmano, como se puede apreciar en las características específicas de la cancha. No sólo eso, las instalaciones complementarias, la mejora de la eficiencia energética y la accesibilidad lo convierten en un referente en cuanto a instalaciones deportivas".

Así, en relación a las cinco décadas desde que se inaugurara el pabellón, el regidor manifestó que "la remodelación del pabellón "es una deuda que tenía contraída el Ayuntamiento de Alicante con una instalación que fue cuna del balonmano y que hizo disfrutar con aquellas matinales de domingo cuando se ponía el 'no hay billetes' para ver jugar al histórico Calpisa y a jugadores de leyenda como el propio Pitiu, Poli, Perramón, Nacho Novoa, Labaca, Goyo, Albizu, Cascallana y tantos otros". "Hoy es un día de recuerdo y de homenaje para todos ellos", añadió Barcala.

El Pabellón Municipal de Deportes, como se denominó en su día, fue inaugurado el 25 de mayo de 1974 con la disputa de la Copa del Generalísimo de Baloncesto entre el Real Madrid y el Juventud de Badalona. Ganó el equipo madridista, entrenado por el alicantino Pedro Ferrándiz, por 87-85.

Con el lavado de cara se espera que el espacio siga siendo hogar del balonmano durante muchas décadas. La rehabilitación ha supuesto una inversión de 2,5 millones. A éstos se le añaden 1,2 millones destinados a la reforma urbanística del entorno de la Ciudad Deportiva ‘Antonio Valls’.

Entre las mejoras destacan la impermeabilización de la cubierta con salidas mecanizadas para la evacuación de humos y bolsas de calor. En el caso de la accesibilidad, se ha incorporado un ascensor que conduce a la parte alta de las gradas. Se han mejorado los pasillos, vestuarios y gimnasio. Se ha habilitado un espacio para Sala de Prensa y una nueva área para el control antidopaje.

Por otro lado, la eficiencia energética del pabellón también se ha mejorado, al igual que se ha realizado la sustitución del conjunto de la carpintería metálica y la colocación de un nuevo marcador de última generación.