Alicante

Las playas de Alicante mostraron una estampa propia de verano este fin de semana. Una de las personas que adelantaron el tiempo y se metieron al agua fue Rapha Miche. Pero a diferencia del resto de bañistas, él no se bañó para refrescarse, sino para hacer el reto de unir Jávea e Ibiza a nado.

Este belga afincado en la ciudad de Alicante desde hace dos décadas cruzó de la península a la isla balear de una sentada. Un total de 108 kilómetros de recorrido en 27 horas de esfuerzo contra olas, viento, oscuridad, frío y medusas, muchas medusas.

Miche no es nadador profesional, de hecho, trabaja en la EUIPO y tiene 50 años, algo que no le ha impedido realizar su mayor hazaña tras una vida ligada al mar. La aventura comenzó el sábado a las 08 horas cerca del cabo de San Martín de Jávea. Desde allí puso rumbo a la cala ibicenca d'Hort, donde tocó tierra más de un día después.

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Su máxima marca anterior fueron 42 kilómetros sin parar en un recorrido entre Alicante y Tabarca de ida y vuelta. "No quise intentar otro reto y subir solo 10 km, quería hacer una locura, a lo mejor es la crisis de los 50, pero he querido ir a por todas y me ha salido bien", afirma el belga.

Miche señala que el reto lo habían realizado tres nadadores anteriormente y consiste en hacer el recorrido sin salir del agua en ningún momento. "Me acompañaba un barco todo el rato e iba parando para los avituallamientos", añade. Al comienzo hacía pausas cada hora, después cada 45 minutos hasta las 21:00 h de la noche, y de ahí en adelante descansaba cada media hora para recargar energías. 

Las primeras horas del reto fueron las más duras por el viento, que provocó un fuerte oleaje que puso en apuros al nadador, quien asegura que de haber seguido así el mar no hubiera podido completar el desafío.

Miche poniéndose crema solar antes de empezar el reto. Cedida

Otra de las principales preocupaciones vinieron con la caída del sol. "Pasé frío por la noche porque bajó la temperatura del mar. No tengo miedo, pero no ves nada y es una sensación muy rara. Desde el barco iluminaban el mar para que yo viera si había bichos", comenta.

Esos "bichos" eran medusas. Miche y los animales gelatinosos se cruzaron en el camino entre las 3:30 y las 05 horas. "Llevaba neopreno y me puse algo para los pies, las manos y la cabeza, de forma que solo la nariz y los ojos estuvieran descubiertos. No lo ves, pero sabes que hay algo ahí, y tenía que apartarlas", recuerda el alicantino de adopción.

Es casi imposible trazar una línea recta en un mar con oleaje, sin luz y con medusas de por medio, por lo que nadó unos 8 kilómetros de más por las desviaciones. El velero le seguía su ritmo y le marcaba el camino con su sistema de GPS.

En la nave estaba su equipo, del que formaba parte Jorge Crivillés. Este nadador alicantino es el único español que ha completado el desafío de los 'Siete Océanos', reto que consiste en unir a nado los siete recorridos de mayor dificultad que existen en aguas abiertas en el planeta. Tanto él como los demás integrantes se echaron al agua para acompañar a Rapha Miche en sus últimos metros antes de tocar tierra balear.

En el agua desde bebé

"En Bélgica había una moda de que los bebés tenían que poder salvarse en caso de caer al agua. Mis padres me tiraban a la piscina con 6 meses, y así fue hasta los 3 años", expresa Miche.

El vínculo con el agua lo sostuvo a lo largo del tiempo. "Lo he mantenido como un hobby toda la vida", sostiene el belga, quien se ha estado preparando durante medio año para poder afrontar la dura prueba.

Rapha Miche (segundo por la izquierda) y su equipo al llegar a Ibiza. Cedida

"Muchos compañeros piden ayuda a un entrenador que te prepara los entrenamientos de forma detallada y te dice cada día lo que tienes que hacer. Yo también tengo una vida privada y sabía que si me lo decía un preparador en un papel me iba a costar más, así que lo que he hecho es ir a la playa y a las piscinas de Montemar".

"Estuve durante seis meses entrenando unas tres horas al día, estoy muy agradecido a mi equipo y al Club de Natación Montemar por apoyarme durante toda mi preparación", resalta el nadador, quien destaca que no intentará superar la gesta porque "hay que saber los límites".